Un fin de semana en Vigo, donde coexisten lo antiguo y lo nuevo

Ir de compras en el casco histórico

El sol se levanta sobre la ciudad de Vigo, se escucha a los habitantes yendo al chollo, coches, buses y barcos ya están en marcha, y todo Vigo se despierta con la mezcla de movimientos y ruidos que animan a sus calles.

Empezamos el día dejando las maletas en tu alojamiento, tomando un buen desayuno para que no te falte energía al recorrer la ciudad, listo para un día de compras y actividades. Según donde estés alojado, la mejor opción para desplazarte al primer sitio de este itinerario es andando o con el transporte público. Cualquier que sea, dirígete hacia el Casco Vello, el casco histórico de Vigo.

Al llegar, te vas a quedar impresionado ante los edificios grandiosos, las calles serpientes, y todas las curiosidades que hacen el encanto del sitio. Para comenzar nuestro recorrido, nos dirigimos hacia la Colegiata, la iglesia más significativa de Vigo y cuyo edificio alberga al famoso Cristo de la Victoria. Tienes la posibilidad de participar en una de las misas diarias si llegas a tiempo, o simplemente dar una vuelta por la iglesia para admirar su impresionante arquitectura que data del siglo XIX.

Tras visitar la Colegiata, seguimos caminando hacia dentro del casco antiguo en búsqueda de los mercados de abastos. Da Pedra, O Berbés, Do Progreso… no vas a quedarte corto de opciones ya que Vigo es la ciudad de Galicia con más mercados semanales. Estos mercados al aire libre, también llamados ferias, son el lugar ideal para hacer tus compras, probar productos y alimentos típicos de la región, y escuchar a los locales charlando con los comerciantes al elegir lo que se compren antes de dirigirse hacia otro stand o al Bar Cocedero La Piedra si estás en Da Pedra, para tomar un café u otro refresco.

Hacer un picnic en el Parque de Castrelos

Compras hechas y bolsas llenas, casi es la hora para comer. Ya subimos en el Vitrasa, y nos dirigimos hacia la parroquia de Castrelos, el lugar que dio nombre a uno de los grandes pulmones de Vigo, el Parque de Castrelos. Con un área de unos 220.000 m², es el parque más grande de la ciudad, el albergue del Pazo Quinones de Léon, e incluye a los jardines de este mismo. El Parque cuenta con numerosos caminos y senderos para pasear en un entorno natural, así como un lago y el río Lagares que le atraviesa, por lo que es el lugar ideal para descansar bajo la sombra de los árboles y hacer un picnic con todas tus compras del mercado de la mañana. Si te encuentras en Vigo en el verano, podrás volver a este sitio de tarde ya que dispone de su propio auditorio al aire libre en qué tienen lugar conciertos a lo largo de la temporada.

Tras comer, aprovechamos el tiempo para dar un paseo por los jardines del Pazo Quiñones de Léon, un hermoso espacio en qué distinguimos seis partes: el jardín de acceso, la rosaleda, el jardín francés, el jardín inglés, la solana al fondo, y el bosque. Al pasear por allí, notarás una variedad extensa de plantas exóticas y ornamentales, e incluso unas centenarias gracias al clima y la proximidad al mar de Vigo. Además, el lugar se ve aún más embellecido por esculturas y monumentos.

Descubrir las orígenes de la ciudad

Al salir de los jardines, vamos al Pazo ubicado en el Parque de Castrelos, el de Quiñones de León. Este edificio, donado por el marqués de Valladares en 1924, es hoy el Museo Municipal de Vigo y recoge en sus 29 salas de exposiciones permanentes, piezas de arte gallego de los siglos XVIII, XIX y XX, además de una colección de arqueología y un departamento sobre la historia de la ciudad, así como una amplia biblioteca y una galería de retratos de figuras viguesas.

Declarado monumento histórico-artístico, y premiado patrimonio cultural por la UE, el conjunto del museo, sus colecciones, jardines, y el parque, es también reconocido como Bien de Interés Cultural. La entrada a todos los sitios, incluso al museo, es libre y gratuita, pero se pide que siga las instrucciones de acceso para asegurarse del buen desarrollo de su visita, y la de otras personas. Entonces, deja tu mochila en el ropero, corta el sonido en tu móvil, y prepárate a recorrer la historia entera de Vigo.

De camino a tu alojamiento, una vez terminada la visita del Pazo, porque no completar tu experiencia con comida buena y típica de Vigo en Restaurante Rojo, un restaurante “familiar y acogedor” de cocina española con especialidad en comida casera y mariscos. 

Una ruta por el Monte O Castro

Ya sabés todo de Vigo y su pasado al despertarte por la mañana. Hoy pues es el día para verlo con tus propios ojos, y no hay mejor punto en la ciudad de Vigo para hacerlo que desde el punto más alto de la ciudad, el Monte O Castro. Empezamos el día cogiendo de qué satisfacernos hasta la hora de comer en Barrio do Cura, una panadería con una amplia variedad de productos como panes, salados, tartas y bollos para llevar antes de comenzar nuestra excursión.

Desde aquí, andamos hasta que nos encontremos a la altura del Concello, luego siguiendo las indicaciones para llegar al Monte O Castro. A pesar de que sea un camino con bastante pendiente, es una ruta super calma en la que puedes hacer paradas cuando quieras para admirar tus alrededores y el paisaje vigués. Entre las paradas que encontrarás, la que más se destaca es la del Monumento a los Galeones, construido en memoria de la batalla de Rande. El monumento está compuesto por tres anclas que antes pertenecieron a unos de los navíos hundidos en la ría de Vigo. Para llegar a este monumento, camina por el sendero que lleva al Monte O Castro.

Si no puedes o no quieres subir a pie al Monte, también podrás llegar arriba en coche o con el bus turístico si estás en Vigo durante el verano.

Ya en la cima de O Castro, seguimos andando hasta el Castillo y su mirador, donde se puede disfrutar de vistas impresionantes de la ciudad de Vigo, su puerto, y de la ría. Merece también dar una vuelta por el parque del Castro, un jardín botánico en la que destacamos una colección de camelias, cedros, pinos y una extensa variedad de otras plantas.

Otro monumento que llama la atención es la Cruz de los Caídos, una cruz de piedra construida en homenaje a los fallecidos durante la guerra civil española. 

Después de nuestro recorrido, seguro que tendrás un gran apetito, por lo qué te recomendamos dar la vuelta y bajar hacia el casco histórico donde encontrarás bastantes restaurantes para comer como Detapaencepa o Tapería O Canario.

Visitar el barrio marinero

Por la tarde, nos acercamos al mar en Bouzas, el barrio marinero de Vigo. Antes un barrio de pescadores, hoy destacamos casas marineras, edificios auténticos y recuerdos de la actividad pesquera de esta parte de la ciudad.

Primero, nos pasamos por la Iglesia de San Miguel, la emblemática parroquia del barrio que data del siglo XVII pero cuyo origen es mucho más antiguo. Esta hermosa iglesia representa hoy el templo religioso de Bouzas, y junto a ésta se erige el Cruceiro Vello, una de las cruces muy características de la región gallega.

Desde la parroquia, hay un hermoso paseo de unos 3 km ida y vuelta que recorre todo Bouzas al borde del mar, ideal para callejear en el barrio marinero. A lo largo del paseo, disfrutarás de vistas imprescindibles en un ámbito tranquilo que te encantará. Cuando llegamos al fin del paseo, lo más recomendable es ir a tomar algo refrescante en uno de los bares o terrazas de la zona, aprovechando el tiempo y esperando el atardecer sobre la ría.

Acabamos nuestro recorrido en Bouzas con una actividad muy apreciada, tanto por turistas como locales, que es la de tapear. El tapeo es algo de costumbre en toda España, y el barrio marinero de Vigo es uno de los mejores lugares para probar la cocina típica de Galicia ya que Bouzas dispone de una gran oferta gastronómica, rica y de calidad, hecha con productos frescos y locales. En los bares de tapas como Bodega Mondariz, encontrarás los clásicos como el pulpo a la gallega, croquetas y calamares para picar, pero si quieres algo más tipo cena, La Carpintería Gastrobar ofrece platos inspirados de las cocinas vasca y gallega.

Desde el puerto de Vigo a las Islas Cíes

Llega el último día de nuestro itinerario, y tenemos reserva con Buceo Islas Cies para un bautizo de buceo en Las Islas Cíes. Ubicadas en la ría de Vigo, son uno de los últimos lugares vírgenes del mundo y el tesoro del Parque Nacional Marítimo-Terrestre de las Islas Atlánticas. Compuesto por tres islas que son la del Norte de Monteagudo, la del medio de O Faro, y la del Sur de San Martiño, este archipiélago es un verdadero paraíso. 

Ya que navegar por la ría es la única manera de llegar al archipiélago, salimos de la estación marítima de Vigo y empezamos la ruta hacia Cíes. Se tarda unos 40 minutos en llegar pero las vistas son increíbles por lo qué no faltaras de qué divertirte.

Rutas, playas, vistas submarinas

Una vez en Cies, empezamos el bautizo con una introducción teórica al buceo para que sepamos qué hacer y cómo comportarnos dentro y fuera del agua. Junto con el instructor, entramos en la ría, listos para descubrir la sensación de respirar bajo el agua en aguas poco profundas, rodeados por la flora y fauna marina de este mundo submarino, siempre guiados por el instructor. Después de nuestro recorrido por las aguas de la ría, devolvemos todo el equipamiento prestado a los instructores, y nos dirigimos hacia la playa de Rodas, situada en la isla de Monteagudo para comer y descansar un rato antes de seguir en nuestra excursión.

Con forma de media luna de arena blanca, rodeada por aguas cristalinas de color azul y verde, Praia das Rodas, “la mejor playa del mundo” según The Guardian, es la playa más extensa de las Islas Cíes y la que une las islas de Monteagudo y O Faro. Ya en la playa, entramos en el Restaurante Rodas, un restaurante de tipo autoservicio que ofrece una gran variedad de platos a buen precio, con una terraza cubierta y vistas al mar.

Después de comer, descansamos un rato en la playa, tomando el sol y escuchando el sonido relajante de las olas rompiéndose en la orilla, antes de empezar una ruta cortita de 3 km que asciende al Monte Agudo, la ruta del Alto del Príncipe. Este sendero natural bordea el complejo dunar de Figueiras-Muxieiro donde se encuentran varias especies vegetales protegidas por ser tan frágiles, y nos lleva a la playa de Figuieiras, una playa nudista en la isla de Monteagudo. Tras pasar la playa, seguimos hacia lo alto de O Príncipe, donde disfrutamos de vistas extraordinarias de la costa oeste de las Islas Cíes.

Volvemos sobre nuestros pasos en dirección de la estación marítima para coger el ferry hasta Vigo. De vuelta a la ciudad, andamos unos 10 o 15 minutos hacia Rúa do Príncipe, 44, para aprovechar la última cena en Silabario, un restaurante de alta cocina con estrella Michelin ubicado en el casco histórico de Vigo.