Alguna vez, esta plaza que ahora se encuentra y es el centro preciso de la ciudad, vivía afuera de las murallas de protección. Era mediados del siglo IX y Valladolid era una pequeña aldea agrícola. La ahora Plaza Mayor, que era un descampado, estaba cerca de una de las puertas de entrada –la que se llamaba postigo del Trigo– por donde pasaban los mercaderes con alimento.
El Conde Don Pedro Ansúrez obtuvo el señorío de la villa en 1072 y construyó palacios y catedrales a unas cuantas calles, mientras que en la que ahora conocemos como Plaza Mayor, se comenzaban a levantar casas y otras construcciones de menor importancia política. Fue hasta que decidieron hacerla la Plaza del Mercado –su primer nombre oficial– que empezó a tomar mayor importancia. Distintos gremios fueron adoptando los edificios que la rodeaban y pronto se convirtió en el centro neurálgico de la ciudad, declarada en 1499 como el lugar donde debía estar la Casa del Municipio por los Reyes Católicos. Ahí cambió de nombre al que le conocemos en la actualidad.