El artista se instaló cerca de Port Lligat, junto al Cap de Creus: este paisaje fue una fuente inagotable de inspiración para el más alocado de los surrealistas. El visitante no puede negar que los contrastes naturales que rodean el pequeño puerto son maravillosos y fuera de serie.
Cadaqués, el pueblo más auténtico de la Costa Brava
Al final de una hermosa carretera serpenteante, Cadaqués aparece frente al mar Mediterráneo, dando la espalda a los últimos relieves de los Pirineos que forman el Cap de Creus. Gracias a esta ubicación, que lo aísla del resto del país, el antiguo pueblo de pescadores se ha mantenido a salvo del hormigonado y sigue teniendo el mismo aspecto que hace casi un siglo. Una pepita de oro en la Costa Brava.