El pintoresco pueblo de Betancuria, su parque rural y Aguas Verdes

La ciudad de Betancuria se encuentra en el corazón de la isla de Fuerteventura. Es un pueblo bonito y pintoresco, donde las casas blancas cuadradas y las calles empedradas atraen a los turistas. Históricamente, es una de las ciudades más antiguas de las Islas Canarias, fundada por colonos europeos a principios del siglo XIV y capital de la isla hasta 1834. De hecho, el casco histórico de la ciudad es rico. La iglesia de Santa María y el monasterio de San Buenaventura, por ejemplo, son testigos del pasado de la ciudad.

El origen del nombre de Betancuria se remonta al conquistador normando Jean IV de Béthencourt, descubridor de varias islas Canarias, entre ellas Lanzarote, Fuerteventura y El Hierro**. Cuando fundó la ciudad de Betancuria, la llamó Sainte-Marie de Béthencourt, nombre que evolucionó con los años hasta convertirse en Betancuria.

La Iglesia de Santa María, en pleno centro histórico de Betancuria

La Iglesia de Santa María es un edificio religioso de arquitectura típica de Fuerteventura. Revestida totalmente de cal blanca, sólo las esquinas y los vanos dejan ver las piedras de carga de la estructura. Sus tres naves revelan el pasado atormentado de la iglesia y, al mismo tiempo, el de la isla.

El Museo de Arte Sacro para admirar obras de arte religioso

Este pequeño museo situado en el recinto de la iglesia de Santa María alberga diversas obras de arte religioso de la isla de Fuerteventura. En sus cuatro salas se pueden admirar pinturas, esculturas de madera y mucho más.

El museo de artesanía, cestería, alfarería, etc.

El segundo museo, en la Iglesia de Santa María, muestra la artesanía canaria en todo su esplendor. Se exponen bordados, cestería, alfarería y otras artes tradicionales. En la sala de proyecciones 3D se proyecta un documental sobre la fauna marina de Fuerteventura.

Las ruinas del monasterio de San Buenaventura y la ermita de San Diego de Alcàla

El monasterio de San Buenaventura y la ermita de San Diego de Alcalá distan apenas unas decenas de metros. La ermita está construida sobre la cueva donde se cuenta que el santo franciscano iba regularmente a rezar. Construidas en la década de 1400, al igual que la ciudad de Betancuria, estas edificaciones fueron destruidas por diversos ataques piratas. La ermita de San Diego de Alcalá fue completamente restaurada en 1965. Ambos monumentos forman parte del conjunto histórico de Betancuria y son de especial interés si le interesa la historia de Fuerteventura.

El Parque Rural de Betancuria es un lugar espléndido. Los paisajes desérticos y el suntuoso relieve lo convierten en un lugar que no debe perderse en una excursión o simplemente durante un paseo en coche. A lo largo del parque hay varios miradores donde detenerse a admirar las vistas o comer algo en alguno de los restaurantes. El Parque de Betancuria se sumerge en el Océano Atlántico, ofreciendo muchas oportunidades para refrescarse.

El mirador de Morro Velosa y sus magníficas vistas

A casi 700 metros de altitud, el mirador de Morro Velosa cuenta con un restaurante y un centro de exposiciones dedicado al medio ambiente. También es una plataforma que ofrece una vista excepcional de las áridas colinas del Parque de Betancuria.

Date un chapuzón en Las Aguas Verdes

A lo largo de 6 km de la costa oeste del Parque Rural de Betancuria, unas piscinas naturales —las Aguas Verdes— de aguas turquesas rodeadas de rocas volcánicas negras esperan a los viajeros para un baño tranquilo. Situadas entre la Playa del Valle y la Playa de los Mozos, estas piscinas protegen a los bañistas de las violentas corrientes de la costa oeste de Fuerteventura y ofrecen una experiencia única en la isla volcánica.