La insólita catedral de Saint-Etienne

Es la catedral más insólita de Toulouse. Su aspecto, constantemente modificado desde el siglo XIII, le confiere un aspecto poco convencional e inacabado. Este aspecto poco convencional es el resultado de la combinación de dos estilos de construcción: una nave gótica meridional que termina en un coro gótico septentrional, ¡que da la impresión de estar incompleto!

La catedral de Saint-Etienne se construyó sobre los cimientos de una capilla edificada por San Saturnino en el siglo III y reconstruida por San Exupère ciento cincuenta años más tarde. La iglesia ha sufrido tantas reformas, renovaciones y reconstrucciones que recibe el sobrenombre de "catedral inacabada".

¿Qué ocurrió? En el siglo XIII, después de que Toulouse pasara a formar parte de la corona francesa, se decidió construir un enorme coro gótico. La idea era construir una nueva catedral digna de las más importantes de Europa destruyendo la antigua a medida que avanzaban las obras. Pero, sin entrar en demasiados detalles, al final no hubo dinero suficiente para terminar la construcción, y el coro se adosó de alguna manera a la nave.

Posteriormente, en los siglos XIX y XX, se pusieron en marcha varios proyectos de arquitectos ambiciosos deseosos de devolver a la catedral el aspecto que debería haber tenido, pero todos tuvieron que ser abandonados.

Según los visitantes, esta catedral es "desconcertante", "sorprendente", "insólita" y "enigmática". Pocos monumentos presentan tantos elementos diferentes en cuanto a fecha y estilo como la catedral de Toulouse. Y al final, ahí reside su encanto, ya que su asimetría y originalidad nos sorprenden y nos cuentan toda una parte de su historia.

Durante su visita, podrá admirar las capillas decoradas con retablos, pinturas y relicarios que forman una serie de pequeños museos. También podrá contemplar un bonito rosetón en el muro oeste, inspirado directamente en el de Notre-Dame-De-Paris.

Para descubrir todo lo que hay que saber sobre la catedral, se ofrecen visitas guiadas. Y un extra para los niños: durante las Jornadas Europeas del Patrimonio, se ofrece un recorrido de descubrimiento para los más pequeños.

Como en cualquier otro lugar de Toulouse, la Cathédrale Saint-Étienne está rodeada de numerosos pequeños restaurantes donde comer algo. Le recomendamos dos de ellos para disfrutar de una buena comida y pasar un buen rato, antes o después de su visita.

En primer lugar, La Gourmandine, en el lado de la catedral, es un bonito y pequeño bistró urbano cuya carta está compuesta por productos locales, ecológicos o sostenibles. La cocina del restaurante es sabrosa y generosa, inspirada en el Suroeste, y a un precio muy razonable. Una buena dirección.

Otra opción para un auténtico viaje culinario es Nomades. Este restaurante gastro street-food propone una cocina del mundo a base de productos frescos, locales y de temporada. Descubrirá sabores originales en un ambiente acogedor.