La Roca de la Virgen en Biarritz

La roca, que debe su nombre a la estatua de la Virgen María colocada en su cima en 1865, fue utilizada por Napoleón III como punto de anclaje del dique del Port du Refuge que quería crear. La roca era accesible desde tierra a través de un puente de madera y un túnel por el que se transportaban bloques de piedra para construir el dique. Existe una leyenda en torno a este monumento. Se dice que los cazadores de ballenas conocidos como los biarrots se vieron sorprendidos por una tormenta y que una luz divina apareció de repente para guiarles hasta el puerto, donde estarían sanos y salvos. Esta estatua se erigió para agradecerles este milagro.

El Rocher de la Vierge es un lugar que hay que explorar durante una estancia en la capital del surf. Muchos visitantes se sienten atraídos por la historia y la belleza de esta roca, pero no sólo: los lugareños también acuden allí para disfrutar del idílico entorno y respirar la suave brisa marina.

Situada entre el Puerto Viejo y el Puerto de Pescadores, su autenticidad entusiasma por igual a turistas y lugareños, que parecen maravillados ante la estatua de la Virgen. Es el lugar perfecto para una escapada en pareja o en familia. Podrá admirar un panorama único de toda la bahía de Biarritz, con su Grande Plage a un lado y la costa vasca hasta los Pirineos al otro. A sólo 10 minutos de la playa, este lugar emblemático ofrece un momento mágico, por muy bravo que esté el mar o el tiempo. Para llegar, hay que cruzar la pequeña pasarela de madera y, al llegar al final, la roca ofrece una vista panorámica del océano. ¡Qué mejor manera de respirar aire puro!