48 horas para descubrir Biarritz: entre playas y paseos por la naturaleza

Originalmente un pequeño puerto pesquero, Biarritz se convirtió en un importante centro turístico gracias al impulso de la emperatriz Eugenia, que se enamoró de Napoleón III y de la ciudad. En su honor construyó la Villa Eugenia, rebautizada Hôtel du Palais y transformada posteriormente en un famoso hotel de lujo.

Desde finales de los años 50, la estación balnearia se ha convertido en un paraíso para surfistas de todo el mundo. Hoy en día, la playa de la Côte des Basques alberga numerosas escuelas de surf donde aprender este deporte.

Destino balneario chic y familiar, la ciudad cuenta con seis playas para disfrutar del aire marino y los deportes náuticos durante un fin de semana. También hay mucho que hacer en la naturaleza, con dos parques a dos pasos del mar.

La ciudad es fácil de visitar a pie o en bicicleta, con sus casas de estilos arquitectónicos variados. La más misteriosa es sin duda Villa Belza, que parece una mansión encantada.

La Cité de l'Océan puede visitarse durante todo el año, siempre que se lleve buen calzado para caminar y un cortavientos (porque las olas pueden llegar muy alto en las rocas).

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Día 1: Descubrir la ciudad y sus playas

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Punto de referencia de la ciudad, el faro de Biarritz es el punto de partida ideal para disfrutar de una vista panorámica excepcional de la ciudad y de la Grande Plage. Es cierto que hay que subir 248 escalones. Pero la vista merece la pena, así que sería una pena perdérselo.

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El paseo continúa durante una hora por la costa hasta la playa de Miramar, la preferida de los biarrots (¡los habitantes de Biarritz!). A pocos metros se encuentra el lujoso Hôtel du Palais, construido por Napoleón III en honor de su esposa, Eugenia.

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Situada en pleno centro de la ciudad, su hermana mayor, la Grande Plage de Biarritz, es, como su nombre indica, la playa más grande. Muy cerca se encuentra el famoso Casino Art-Deco, que acoge espectáculos y conciertos durante todo el año.

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A sólo 5 minutos a pie del Casino, el Port des Pêcheurs es el lugar perfecto para un pintoresco almuerzo. Uno de los favoritos de muchos viajeros, podrá observar a los marineros en plena faena y a las gaviotas al acecho para robar algún pescado. El cambio de aires está garantizado con las numerosas crampottes, pequeñas cabañas de pescadores con contraventanas de colores típicas de Biarritz.

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Un corto sendero a lo largo de la costa conduce al Plateau de l'Atalaye. Si el mar no está muy agitado y no tiene miedo a las alturas, puede subir a la meseta para disfrutar de una vista de 360° de la ciudad.

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El Rocher de la Vierge es una visita obligada en Biarritz. La estatua se alza sobre una roca a la que se accede por una pasarela metálica forjada por el célebre Gustave Eiffel. También es lugar de encuentro de pintores en busca de inspiración para sus nuevos lienzos.

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Para terminar este día en el mar y dirigirse a la Costa de los Vascos, el famoso spot de surf, pasará por la playa más pequeña de Biarritz, la Plage du Port Vieux. Por el camino, vislumbrará la famosa Villa Belza, de la que se dice que esconde muchos secretos...

Día 2: Paseos semiurbanos por los lagos de Biarritz

Biarritz es más conocida por sus playas, pero ¿sabía que la ciudad cuenta con dos lagos en plena naturaleza?

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El Chemin des Lacs es un sendero señalizado, recientemente rehabilitado, que rodea los lagos Marion y Mouriscot y ofrece una vuelta de 8 km y dos de 4 km (si sólo se visita un parque). Alternando caminos y carreteras, esta ruta es de fácil acceso y ofrece un soplo de aire fresco lejos del sol y los turistas.

El circuito completo de 8 km comienza en Plage Milady y asciende por el valle del Ruisseau Barchalont hasta Lac Marion. A sólo 2 km del océano, el lago y su parque de 20 hectáreas están repletos de diferentes especies vegetales y acuáticas. Para el disfrute de los niños, se ha habilitado una zona de juegos de 3.000 m2 con tirolina.

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El bucólico paseo continúa en el lago Mouriscot y sus pequeños pontones. Situado entre Bidart y Biarritz, es el lugar ideal para hacer un picnic a la sombra y observar ánades reales, martines pescadores y garzas. Hay muchos lugares para pasear, como el arroyo de Lamoulie, el pinar, el lavadero e incluso el centro ecuestre, sede del club hípico de Biarritz.

Para completar su estancia, nada mejor que una visita a Les Halles de Biarritz, donde podrá degustar especialidades regionales de la tierra y del mar.

Información práctica

Web oficial de la Oficina deTurismo de Biarritz

por Naomi Tapiero
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