Proeza técnica de la antigua Roma, el Coliseo fue mandado construir por el emperador Vespasiano en el año 72 d.C.. Al final de un periodo de construcción de diez años, su hijo Tito presidió la inauguración de este templo de los juegos con gran pompa y ceremonia.
Verdadero símbolo de la capital italiana, el Coliseo es famoso en todo el mundo. Catalogado como una de las Siete Nuevas Maravillas del Mundo, este monumento de larga y sangrienta historia alberga muchos secretos. Como el mayor anfiteatro del Imperio Romano de la época, esta figura es muy querida por los lugareños, hasta el punto de que los romanos nativos proclaman con orgullo que "crecieron a la sombra del Coliseo". En cuanto se construyó, la gente acudía aquí para presenciar los juegos, incluidas las luchas de gladiadores y de animales.
A pesar de siglos de abandono, una parte se ha conservado intacta y millones de visitantes acuden cada año. El Coliseo, visita obligada en una escapada a Roma, requiere un poco de paciencia, pero el deslumbramiento merece la pena. Concéntrate en la famosa arena romana y su historia. ¡Esta es una visita verdaderamente imprescindible de Roma!
Un gran monumento
Como mínimo, podía albergar a más de 50.000 espectadores entre sus muros, abiertos por múltiples arcadas. Construido en cuatro plantas, el anfiteatro llegó a tener casi 50 metros de altura. Con forma de elipse, el imponente monumento tiene una circunferencia de más de 500 metros. El coloso de Nerón, que se alzaba cerca cuando se construyó, dio al anfiteatro su nombre tardomedieval de Coliseo.
Un hervidero de entretenimiento
Convertido en un verdadero espectáculo visual para turistas de todo el mundo, el Coliseo se construyó originalmente para albergar diversos espectáculos. Desde luchas de gladiadores y de animales hasta eventos públicos, espectáculos de caza, recreaciones de batallas famosas y obras de teatro basadas en la mitología clásica. El monumento era un auténtico centro de entretenimiento en Roma.
Gracias a los pilares de madera que sujetaban la arena desde los pasadizos subterráneos, la arena también permitía albergar naumaquias. Estas simulaciones de batallas navales de la historia romana se celebraban dentro de los confines del recinto, que estaba completamente inundado. La puesta en escena requería muchas horas de montaje... ¡un mínimo de siete! Después, los espectáculos duraban un día entero.
La víspera de los combates, había una cena abierta al público, ofrecida por el organizador a los gladiadores. Por la mañana, un desfile de los luchadores ataviados con sus mejores galas precedía al combate, mientras que a la hora del almuerzo se procedía a la ejecución de los condenados a muerte, que ante los ojos del público, eran quemados en la hoguera o devorados por las fieras. Por la tarde, los gladiadores desfilaban ante el emperador, saludándole con el lema: "Ave caesar, morituri te salutant".
Un edificio que ahora vive y respira con los visitantes
Hoy en día, los visitantes sólo pueden ver una parte de la construcción original. El paso del tiempo, los terremotos y la práctica de desmontar los monumentos han contribuido a crear el símbolo de Roma que vemos hoy.
En el siglo XIV, cuando el Papa regresó a Roma, la propiedad del edificio se dividió en tres partes: un tercio fue a parar a una archicofradía. La archicofradía se enriqueció notablemente vendiendo las piedras caídas por fenómenos naturales, ¡así como las que aún permanecían en el Coliseo! Así pues, la ausencia de una parte del monumento no se debe únicamente a los estragos del tiempo, y hoy en día se puede encontrar diseminada por numerosos edificios de la ciudad.
Casa Real
Situado en el corazón de la ciudadLa clandestinidad, el espectáculo oculto
En el exterior, las terrazas, la arena y la fachada dejan boquiabiertos a quienes se acercan a admirar esta maravilla del mundo. En el interior, son los pasadizos subterráneos los que despiertan la curiosidad de algunos. Este espacio oculto, utilizado como camerino para los espectáculos, era una serie de pasillos y salas sumidos en la oscuridad.
Arco de Constantino: un monumento a los pies del monumento
A los pies del Coliseo, se alza el Arco de Constantino, de 21 metros de altura, en honor al emperador romano. Situado en el eje de la Ruta de Triunfos, se construyó utilizando fragmentos de monumentos anteriores, en un estilo muy moderno para su época. Los más atentos y observadores podrán ver relieves que muestran a Marco Aurelio ofreciendo pan a los pobres, estatuas del Foro de Trajano y una representación de su victoria sobre los dacios, escenas inscritas en bloques de mármol.
👉 Información práctica
Horario: de 9:00 a 16:30 en invierno, de 9:00 a 19:30 en verano
Reserva tu visita: El Coliseo no es una excepción a la regla de otros monumentos de la capital italiana; ¡está llena de turistas! Recuerda reservar tus entradas con antelación para ahorrar tiempo y asegurar tu entrada. Reserva aquí tu billete.