La mejor ruta de senderismo por el Monte Sainte-Victoire

• La ruta que vamos a presentarte es un bucle de unos 12 kilómetros que puede completarse en 5 ó 7 horas, dependiendo de tu ritmo.
• El desnivel es de unos 800 metros.
• La ruta no presenta grandes dificultades, pero es necesario estar en buena forma física.
• Puedes saltarte toda la ruta y regresar al refugio Cézanne o a la Croix de Provence para una excursión más corta.
• Hay decenas de senderos que atraviesan el Monte Sainte-Victoire, pero por supuesto puedes optar por otra ruta.
• Lleva buen calzado para caminar, gafas de sol, crema solar, sombrero y, sobre todo, mucha agua.
• Respeta la flora y la fauna de la montaña, no fumes, no enciendas fuego y no tires basura.

Nuestro hotel favorito con vistas a Sainte-Victoire

Nuestra ruta comienza en el aparcamiento del Bouquet, a unos veinte minutos en coche del centro de Aix-en-Provence, o accesible en transporte público con la línea 110 de autobús hasta la parada de Le Bouquet. Desde aquí, puede seguir el sendero señalizado en rojo durante un corto paseo de menos de un kilómetro entre los pinos, sonorizado por el canto de las cigarras.

Atravesamos un bosque de robles jóvenes y pasamos junto a algunos olivares antes de divisar por fin el refugio Cézanne. Fue construido en 1954 como homenaje al pintor Paul Cézanne, que consideraba el Monte Sainte-Victoire como su musa y pintó casi 80 cuadros en él. Tómate un momento para descansar en las mesas de picnic, disfrutar de las vistas y beber agua antes de iniciar el ascenso a la montaña.

Tras este breve descanso, continuamos por la ruta roja a través del Pas du Berger. Aunque no es muy complicado, el camino es un poco empinado y hay que tener cuidado donde se pisa ya que el suelo puede estar resbaladizo. Los menos deportistas pueden tomar el Pas de l'Escalette, más sencillo, y el que nosotros preferimos tomar a la vuelta.

Trepamos un poco antes de llegar al Pas du Moine y, unos minutos más tarde, al Prieuré Sainte-Victoire. Construido en el siglo XII, en la actualidad es un refugio no vigilado para 14 personas. Aunque no pensábamos dormir allí, visitamos la capilla y el claustro (abiertos los jueves y domingos) y nos dirigimos a la Brèche des Moines para disfrutar de la vista panorámica de la Provenza a nuestros pies. Cuando miramos hacia arriba, vemos la Croix de Provence, nuestra próxima parada. La vista desde ahí promete ser aún más impresionante.

No toma más de diez minutos en llegar a la Croix de Provence desde el Prieuré Sainte-Victoire. Imponente con sus 18 metros de altura, ya era visible desde el pie de la montaña. Desde aquí, a más de 1.000 metros de altitud, la vista sobre el valle del Ródano es sencillamente impresionante. El Mont Ventoux es claramente visible y, en el horizonte, se distinguen las crestas del macizo de los Ecrins. El Pic des Mouches —el punto más alto del Monte Sainte-Victoire— parece muy cercano desde aquí, pero preferimos dejar la subida para otra ocasión.

Muchos excursionistas optan por detenerse en la Croix de Provence para hacer un picnic, y nosotros decidimos hacer lo mismo. Sin embargo, puede llenarse bastante, sobre todo los fines de semana, así que no dudes en alejarte si quieres comer tranquilo o al abrigo del viento, ya que el Mistral suele soplar con fuerza aquí.

Como estaba previsto, descendemos el Sainte-Victoire por el Pas de l'Escalette, pero en lugar de volver al refugio y aparcamiento de Cézanne, seguimos ahora las balizas azules hacia las Costes Chaudes. Este sendero de cresta nos llevará directamente al Lac de Bimont, que ya se divisa desde el camino, cada vez más boscoso a medida que descendemos.

Los kilómetros pasaron volando y llegamos a la presa del Lac de Bimont, que ofrece un magnífico panorama de la cordillera Sainte-Victoire. Este lago artificial procede de los ríos Infernet y Verdon y sirve para abastecer de agua a los centros urbanos e industriales del valle del Arco y de Marsella. Ya sólo quedan dos horas de camino hasta el aparcamiento de Le Bouquet, nuestro punto de partida. Regresamos a nuestro hotel de Aix-en-Provence con la mente llena de bellos recuerdos y magníficos paisajes.