Casi todas las regiones de Alemania poseen paisajes magníficos con varios lagos, valles, pequeños pueblos típicos y castillos.
Las costas alemanas son poco conocidas pero tienen paisajes variados, sus estaciones balnearias cargadas de historia y sus reservas naturales engloban acantilados de arenisca y playas de arena blanca.
Los aficionados a la historia o los apasionados de la vanguardia, encontrarán una rica paleta de expresiones artísticas en los monumentos, en las calles o en los museos.
Desde los castillos fortificados medievales a los distinguidos palacios barrocos del Renacimiento, Alemania presenta un rico patrimonio que pueden descubrir los amantes de las piedras antiguas. El encanto de los parques y pabellones que envuelven estos monumentos, decorados con preciosos muebles originales y objetos de arte en estilo rococó, completan la visita.
Por su situación geográfica, Alemania a menudo se ha visto influida por las grandes corrientes artísticas europeas. Ya sea el gótico francés o el barroco italiano (que llegó a ser el emblema de Baviera), esta cultura artística se expone en numerosos museos. Todos ellos atípicos, modernos y monumentales, muestran toda la historia de una civilización que ha sabido readaptar las riquezas de su pasado.
Berlín es la capital de Alemania y también la capital de la diversión. El turista viene a descubrir su historia y también a divertirse, o a descubrirla al mismo tiempo que se divierte. En lo que se refiere a la vida nocturna, la ciudad no tiene nada que envidiarles a sus colegas europeas. Aunque Berlín tiene el viento a favor, otras ciudades alemanas también se las ingenian bien, como por ejemplo Múnich, que organiza todos los años la fiesta de la cerveza, u otras ciudades que atraen todos los años a miles de visitantes que vienen a recorrer sus mercados navideños.
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