En Possenhofen, el antiguo castillo donde la emperatriz de Austria (Sisi) vivió sus jóvenes años bávaros, está situado entre bosques, en la región del lago de Starnberg. Con sus torrecillas coronadas por almenas, sus coquetas fachadas y pintura verde, este castillo presenta una arquitectura original. Revendido a finales del siglo pasado por el Estado de Baviera a un hombre de negocios, hoy pertenece a al menos doce propietarios. Es obvio que las autoridades subestimaron el potencial turístico de este monumento, que los visitantes sólo pueden admirar desde el exterior. En cambio, los alrededores ofrecen un bello paseo desde el jardincito (dominado por la estatua de la emperatriz), al pie del lago, hasta el palacio imperial en Feldafing. Hay que atravesar el lago (de 25 km de longitud) durante unos cien metros por caminos estrechos para poder acceder al mismo. Al fondo del patio, pueden visitarse los establos de la época, con paredes de baldosas verdes y crudas. Las cuadras han sido transformadas en gimnasio, como un guiño a la personalidad "deportiva" de la emperatriz. No te pierdas la suite imperial, situada en la planta superior del palacio. Terminar la visita en la estación histórica que unía el palacio y el castillo. En ella se encuentra el Museo Antiquariat Heinemann, una colección privada que agrupa numerosos objetos (además de fotos, postales, documentos auténticos, etc.) que pertenecieron a la emperatriz y a su familia.