El territorio de Angola limita al Oeste con las aguas del océano Atlántico, mientras que por sus otros flancos comparte fronteras con la República del Congo, la República Democrática del Congo, Zambia y Namibia. La industria turística está muy poco desarrollada en este país, ene l que son muy raros los visados turísticos. Y es que en realidad, la mayoría de extranjeros que viajan a esta antigua colonia portuguesa, lo hacen por negocios.
A pesar de obtenerte oficialmente su independencia de nuestros vecinos lusos en el año 1975, Angola es el segundo país con mayor número con mayor número de hablantes portugueses por detrás de Brasil. La independencia del país africano trajo de la mano una fuerte inestabilidad política que derivó en una cruenta y larga guerra civil que duró nada menos que 27 años. Actualmente, aunque la situación es mucho más estable, en ciertas zonas quedan minas antipersona, instaladas durante el conflicto armado, que todavía causan bajas.
A pesar de esta triste realidad, Angola comienza a gozar de un cierto atractivo entre los turistas más intrépidos. Dotado de un clima de corte tropical, el país conoce una estación seca que se extiende de mayo a septiembre y otra húmeda vivida entre los meses de octubre y abril. Cuidado con el clima, porque durante el día las temperaturas son muy elevadas, mientras que por la noche refresca y es conveniente ir algo cubierto. Entre los principales atractivos turísticos del país, sus increíbles paisajes, son lo más valorado por los visitantes extranjeros.
Tras el final de la Guerra Civil, el país comenzó poco a poco a recuperarse conociendo en los meses posteriores un fuerte crecimiento económico que podría convertirle en uno de los países más prósperos del continente africano en los próximos años. Luanda es la capital del estado de Angola. La principal urbe del país cuenta con una población cercana a los cinco millones de habitantes y está considerada como una de las más importantes de toda África. Se trata del foco urbano más poblado del país, en el que vive un 30% de su población, concentrando la mayoría de actividades económicas y culturales. Desde el año 2002, tras el fin del conflicto armado, los ricos pozos de petróleo y las minas de diamantes, dieron un fuerte impulso económico a la capital. No obstante, Luanda sigue siendo una ciudad poca abordable para el viajero. De hecho, la ciudad ocupa una de las primeras posiciones en el ranking realizado por el gabinete Mercer sobre las ciudades más caras del mundo para los expatriados. Sin embargo, la realidad es que este fuerte crecimiento acompañado de un notable aumento de la natalidad ha acentuado fuertemente la desigualdad, promoviendo la proliferación de barrios de infraviviendas, inseguridad y problemas de abastecimiento de agua potable.
Si bien es cierto que a primera vista Luanda no parece un destino realmente turístico, sus más de 440 años de historia han dejado a los visitantes un buen puñado de agradables lugares que explorar. Su privilegiada ubicación, al lado del océano, sus monumentos y museos hacen las delicias de sus turistas, así como una creciente oferta hotelera, que todavía puede ser mejorada.
Es posible ir de compras en las grandes ciudades. La artesanía es representativa de las diferentes etnias. Pueden encontrarse esculturas, máscaras de danza que representan la fecundidad o la potencia masculina u objetos usuales con motivos femeninos. Horarios de los comercios: de 08:30 a 17:00 de lunes a viernes.
La cocina angoleña tiene la reputación de ser bastante picantes. La yuca y el trigo son la base de la alimentación de la mayoría de sus habitantes. Uno de los patos más significativos de la gastronomía de Angola es la assola de maíz, elaborado a base de grasa de cerdo, granos de maíz y judías secas, sazonadas y condimentadas con pimientos picantes. El abóbora, también conocido como calabaza angoleña, es otro de los productos más populares que puede preparase de decenas de maneras diferentes. La influencia de los antiguos colonos portugueses también está muy presente en la cocina local, a través de platos como los esparregados de bacalao. El funge o pirao es un plato tradicional de acompañamiento en Angola. Esta especialidad se prepara con harina de yuca, de arroz o de maíz mezclado con agua y posteriormente hervido. Este suele ser el más clásico acompañamiento del pollo moamba, así como de otros platillos fritos en aceite de palma.
La sociedad angoleña es bastante tradicional y cuenta con una fuerte presencia del patriarcado. El país cuenta con una larga tradición artesanal, principalmente dedicada al trabajo del marfil, la madera y los metales. La caza y la pesca son todavía actividades muy comunes especialmente en las comunidades rurales, así como la danza y la música tradicional.
La religión goza de una fuerte presencia entre los habitantes del país, siendo el Cristianismo la rama más practicada en Angola. A lo largo y ancho de su territorio se contabilizan más de 1.000 iglesias, edificios de culto y organizaciones e instituciones religiosas oficialmente reconocidas. Algo más de la mitad de la población es de confesión católica, mientras que casi un cuarto son protestantes. La religión católica llegó al país de la mano de los colonos portugueses, mientras que la mayoría de iglesias y misiones fueron fundadas durante el periodo colonial, entre los siglos XIX y XX. En torno un 5% de los habitantes se declaran animistas. Del mismo modo, en las zonas rurales también existe un mestizaje de ritos cristianos mezclados con prácticas paganas tradicionales no occidentales. Las gentes de confesión musulmana sunita no alcanzan ni un 1% de la población, tratándose en su mayoría de inmigrantes provenientes otros países del Oeste de África.
En Angola, los desplazamientos pueden ser bastante problemáticos y en ocasiones ciertamente desaconsejados. De hecho, la calidad de las carreteras estatales deja mucho que desear. Y si a esto le sumamos el peligro de las minas antipersona que infectan ciertas zonas del país, la situación es todavía peor. Por este motivo, si vais a viajar por carretera, es conveniente hacerlo siempre de día.
Debido al amplio número de ataques en Angola y de la normalización de las armas de fuego principalmente en la capital, Luanda, es necesario prestar atención a los siguientes puntos:
Cuando vayas conduciendo, procura siempre tener cerradas las puertas y las ventanillas, que deberán ser tintadas para impedir ver desde fuera a quienes viajéis en su interior, y jamás salgas de noche a pie. No estaciones jamás tu vehículo en zonas en las que haya poco tránsito o mala iluminación. También es recomendable evitar vestir de manera ostentosa y no dejar a la vista joyas, relojes, teléfonos u otros objetos de valor. A la hora de sacar dinero, evita los cajeros automáticos y opta por las sucursales bancarias.
También es aconsejable visitar un médico antes de viajar al país para dotarse de todas las medicinas y medicamentos necesarios para hacer frente a las enfermedades y parásitos. Todos los viajeros deben portar un certificado de vacunación contra la malaria para entrar en Angola. También es necesario que el viajero tenga en vigor la vacuna contra la difteria-tétano- poliomielitis, así como también las vacunas contra la fiebre tifoidea y la hepatitis A y B. En función de la duración y de las condiciones de tu estancia, también es recomendable tomar precauciones frente a la sepsis meningocócica, así como la vacuna de la rabia.