La belleza de Argelia tiene mucho que ver con el desierto. Desde las ciudades a las puertas del Sáhara hasta las costeras, este paraíso natural tiene mucho que ofrecer. El Valle del Mzab, incluido dentro del patrimonio artístico de la Unesco, es único gracias a la arquitectura medieval que se conserva por la zona. Variando el terreno, las montañas áridas muestran espectaculares paisajes, entre las que destaca el monte Tahat a 2918 metros de altura.