Durante el siglo veinte la literatura argentina vivió un verdadero siglo de oro. Desde la independencia las obras mayores se componían generalmente de textos comprometidos que defendían al pueblo contra el poder abusivo de los caudillos. Por supuesto el Martin Fierro (1872) de Jose Hernandez, poema y relato que dio a conocer a la figura del gaucho, se considera como uno de los principales representantes de la cultura gaucha. Pero los autores conocidos mundialmente nacieron a principios del siglo veinte: Horacio Quiroga, uno de los pioneros del realismo mágico, Roberto Arlt con su obra sobre Buenos Aires, Julio Cortázar con sus relatos cortos y novelas experimentales que inspiraron a la industria cinematográfica. Este movimiento coincide con un interés de Europa por la literatura hispanoamericana pero también con el apoyo de la intelectual Silvina Ocampo que, a través de su revista Sur, fomentó el intercambio entre los autores nacionales e internacionales. Hablando de literatura, no se puede dejar de mencionar al maestro, el brillante Jorge Luis Borges. Escritor, filósofo, poeta, este autor ecléctico influyó notablemente en la literatura de la segunda mitad del siglo veinte.