En el extremo este del archipiélago de islas del Caribe, Barbados emerge sobre una superficie de 36 km de largo por 24 km de ancho. A pesar de su diminuta superficie, este pequeñísimo país goza de una gran popularidad entre los turistas gracias a sus espléndidas costas. Y es que ya sea para darse un chapuzón en las cálidas aguas del Caribe, pasar la jornada disfrutando de la suave caricia del astro rey, descubrir las maravillas de los fondos marinos, hacer surf en los rompientes del Atlántico o saborear un sabroso plato de pescado a la sombra de los cocoteros, aquí se vive y se hace todo en la playa. El interior de la isla atesora bosques de caobas y campos de caña de azúcar dominados por antiguas casas señoriales. El pasado colonial y la calidez criolla forman una sutil mezcla en esta isla, la más británica del Caribe y la favorita de los más románticos. Románticos y aventureros, ya que las imponentes grutas unidas por corrientes de agua subterráneas presentes a lo largo de toda la isla, os permitirá poneros en la piel del mismísimo Indiana Jones. La más conocida de todas ellas es la Cueva de Harrison, cuyas profundidades son recorridas a bordo de un curioso tranvía subterráneo. Barbados es también famoso por su ambiente festivo. La vida nocturna es uno de los pilares sobre los que se apoya esta paradisiaca isla repleta de bares, restaurantes y discotecas incluso a pie de playa, especialmente en la parte sur del país. Las orquestas locales, con sus tradicionales ritmos caribeños con influencias jazzísticas e incluso reggaes, y las discotecas al aire libre y ubicadas en la misma playa como el célebre Reggae Lounge hacen las delicias de los visitantes más marchosos que podrán bailar y bailar hasta el amanecer, ¡e incluso más allá! Bridgetown, la capital de Barbados, destaca por sus preciosas casas y mansiones de estilo colonial, y su encantador centro histórico considerado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. No obstante, además de la capital, existen muchas otras ciudades de interés que no podéis dejar pasar la oportunidad de visitar como Holetown, Saint-Peter o Saint-James, en donde se concentran muchos de los hoteles y resorts más lujosos del país; o los tradicionales pueblos de pescadores como Saint-Joseph, Crane, Sainte-Lucie y Saint-Philip, que os permitirán descubrir la auténtica esencia barbadense y entrar en contacto con la población local. Los amantes de la naturaleza tampoco puede irse sin visitar los famosos y fértiles Jardines Botánicos de Andrómeda, en la que se expone la mayor y más completa colección de flores de todo el Caribe. Otros espacios similares de gran interés son Flower Forest y Orchid World. Como marca la tradición británica, el cricket es probablemente el deporte más popular de la isla. Ir a ver un partido al frecuentado Kensington Oval Stadium es toda una experiencia, incluso sin conocer las reglas del juego. Los barbadenses se pirran por este deporte. Si te apetece profundizar un poco sobre su historia en el Caribe encontrarás la respuesta a todas tus preguntas en el "Crickets Legend of Barbados". No obstante, si tuviésemos que recomendaros un museo, ese sería el de Historia Nacional de Bridgetown. Otras interesantes actividades que podréis realizar en Barbados pueden ser realizar una excursión con degustación incluida a una destilería tradicional de ron, perderse por los campos y plantaciones azucareras del interior, con sus preciosas casas de estilo rústico, así como visitar algunos de los curiosos molinos holandeses que todavía conserva la isla. En cuanto a las actividades de playa y deportes acuáticos, el buceo es sin duda una de las disciplinas más populares entre los turistas. Ya sea armado de un tubo, unas gafas y un par de aletas o con un equipo profesional, explorar los ricos fondos marinos y los espectaculares arrecifes de coral que se ocultan bajo las cristalinas aguas del Caribe, son una auténtica delicia. Los deportes náuticos y el surf también tienen cabida en este pequeño paraíso insular, en el que las playas de Bathsheba, Cattlewash, Bottom Bay, Crane Beach y Paynes Bay ocupan las primeras palzas en el ranking de preferencias de locales y turistas.
Relojes, joyas, bisutería, cosméticos, teléfonos... la mayoría de las tiendas libres de impuestos de la isla cuentan con las marcas más prestigiosas. Para beneficiarse de estas ventajas, es necesario presentar el pasaporte y el billete de vuelta. Las tiendas abren de lunes a viernes, de 08:00 a 16:00, y los sábados hasta las 12:00. Los supermercados cierran a las 18:00. En Bridgetown, Broad Street destaca por sus elegantes comercios instalados en antiguas casas coloniales. Cheapside Market es un gran mercado público en el que se venden productos típicos. Pelican Village se caracteriza por sus tiendas de arte y artesanía. No te olvides del ron de Barbados, difícil de conseguir en España.
Gran abundancia de mariscos y una amplia oferta de pescados en Barbados. Los más corrientes son los peces voladores, que se utilizan tanto en la gastronomía fina como en los simples sándwiches. Basta con agregar ñame, plátano macho y boniato para obtener una receta tradicional. Recomendamos el "cou-cou", un plato a base de harina de maíz y gombos, una hortaliza. El pepperpot es un guiso picante cocinado con verduras, que se sirve con los omnipresentes arroz y judías pintas cocidos en leche de coco. Las conkies se componen de harina de maíz, coco, calabaza, uvas, boniato y especias, cocinados al vapor en una hoja de plátano. El pollo se condimenta con curry y se acompaña con una salsa criolla a base de tomate, guindilla y cebolla. Papayas, piñas, mangos, guayabas, cocos y frutos del árbol del pan son todo un deleite. No dejes de probar el ron de Barbados, caracterizado por su aspecto ambarino y su fuerte sabor. La isla produce el Mountgay y el Cockspur, al igual que ron blanco como el Alleynes.
Rumbo a la más británica de las islas caribeñas: casas con impecables jardines, colegiales con uniforme y el inevitable té de las cinco en los grandes hoteles forman parte de la vida cotidiana. Para la cena, algunos restaurantes exigen que los hombres vistan chaqueta y corbata. Si te gusta el domino no juegues apostando, ya que los barbadenses son conocidos por su gran habilidad en este juego de mesa. El cricket, las competiciones hípicas y el golf, son también muy apreciados en la isla. De hecho, la filosofía de vida de la cultura Bajan es grandioso, pues combina el modo de vida caribeño con la herencia británica. Como muchas de las islas del Caribe, los primeros pueblos pobladores procedían de Venezuela y pertenecían a la etnia de los Arawaks. Además, antes de la llegada de los colonos ingleses, Barbados fue descubierto por Portugal en 1536, permaneciendo bajo la corona portuguesa hasta su anexión por el imperio británico en 1627.
En las cercanías de Saint John's Parish Church, en la costa oriental de Barbados, el oleaje presenta frecuentemente una fuerte violencia y es totalmente imprevisible. La mayor parte de las playas cuenta con paneles informativos informando del oleaje y la fuerza de las corrientes submarinas. No imitéis a la población local y evitad el baño cuando el mar este agitado. Por la noche, cerca de Saint Lawrence Gap, presta atención a tus efectos personales, ya que al más mínimo descuido estos pueden "desaparecer".
Llévate ropa ligera, aunque ten cuidado con los lugares con aire acondicionado. Por lo general, elige una indumentaria más elegante para las noches. Es necesario saber que, pese a vivir al ritmo del Caribe, Barbados conserva una cierta afectación.
Si eres un fanático de la música jazz, no puedes perderte el Barbados Jazz Festival que cada mes de febrero se celebra en la ciudad de Bridgetown.
Las playas más bellas están situadas al sudeste de la isla, concretamente en las zonas de Bottom Bay y Crane Beach. ¡Atención con las corrientes de agua de las playas del oeste! No te confíes y evita hacerte el valiente si quieres volver a casa de una pieza.
Si te gusta el pescado y el marisco fresco, Barbados es el destino ideal, siendo el pueblo de pescadores de Oistins algo así como la meca del sea food en la isla. Cada viernes noche y sábado noche, los habitantes de la localidad celebran un auténtico banquete en el que preparan todo tipo de pescados al horno y a la brasa, acompañados de una Banks, la cerveza local, bien fresquita para luego dar paso a los cócteles elaborados, como no podía ser de otro modo, a base de ron. A la hora de salir de marcha, os aconsejamos moveros por la zona de St Lawrence Gap, una de las más reputadas y completas por su amplia oferta de bares, discotecas y restaurantes.