El desastre nuclear de Chernóbil y el dudoso sistema democrático del país, más cercano a una dictadura militar que a una democracia participativa, son los dos principales motivos que han llevado a Bielorrusia a ser el país de Europa con el menor porcentaje de turistas extranjeros.
Bielorrusia es un país que carece de salida al mar, ya que limita al norte con Lituania y Letonia, al este con Rusia, al sur con Ucrania y al oeste con Polonia. Su capital, Minsk, cuenta con un buen puñado de monumentos y lugares de gran interés como el imponente Memorial de Katyn, la Catedral de la Santa Trinidad, la línea de Stalin, el Museo del Folclore de Dudutki y las imponentes catedrales barrocas de San Pedro Pablo y Maryinski, ubicadas en el pintoresco barrio de Troitskoïé Prédméstié, en el casco histórico de la ciudad. Los amantes de la naturaleza encontrarán a las afueras de Minsk una gran variedad de parques y bosques en los que realizar todo tipo de actividades al aire libre. Del mismo modo, los aficionados a la cultura y el arte podrán satisfacer su apetito intelectual asistiendo a las múltiples muestras y exposiciones que se celebran durante todo el año. En el mes de enero, con motivo de la Convención Nacional de Compositores bielorrusos, la capital acoge numerosos conciertos de música clásica que harán las delicias de los amantes del género. En junio, el Festival Nacional de Poesía de la ciudad de Svityaz es claramente el evento cmás destacado del verano, mientras que a finales de Noviembre, la música y los bailes folclóricos se revelan como los principales protagonistas de la escena cultural bielorrusa.
Si visitáis Bielorrusia no olvidéis llevaros un pequeño suvenir de vuestra estancia en forma de cualquiera de los múltiples objetos tradicionales que encontrareis en las principales zonas turísticas del país. Los platos, cucharas, vasos, tazas, mantas y camisas bordadas son algunos de los productos artesanales más típicos del país, junto a los objetos de madera tallada decorados con colores vivos como las típicas matrioskas rusas.Bielorrusia es un país perfecto para practicar deporte al aire libre. Sus extensas llanuras invitan a recorrer el país en bicicleta y a perderse por sus densos bosques salpicados de lagos y pantanos que confieren a este país una extraña belleza en ocasiones casi melancólica. Sus parques nacionales y zonas protegidas bien merecen la pena ser visitados. Si bien el pino y el arce son las especies de flora más comunes del país, a lo largo de vuestra visita podréis fácilmente observar una gran variedad de animales salvajes como ciervos, bisontes, jabalíes, lobos e incluso osos. Realizar un crucero turístico por el norte del país os permitirá conocer en detalle los principales lagos del país, camuflados en las zonas boscosas situadas junto a la frontera con Letonia y Lituania. Si os decanitas por esta actividad, no dudéis en pasar aunque solo sea una noche en algunas de las casas tradicionales ubicadas en a la orilla de los lagos y canales de la región. La experiencia merece realmente la pena.
La artesanía se compone de objetos decorativos de madera pintada con colores vivos: platos, cucharas, vasos, manteles y camisas bordadas. En las tiendas de souvenirs se venden numerosas reproducciones de iconos. Horarios de los comercios: de 09:00 a 19:00, de lunes a sábado. En las grandes ciudades, las tiendas abren todos los días y algunas incluso las 24 horas del día.
El bielorruso es un gran amante de las setas, ¡por lo que también tendrán que gustarte! Preparadas en salsa, en crema o naturales, forman la base de numerosos platos principales. El gribnoy sup es una sopa de cebada y setas, los gribi v smetane son setas a la crema y la kotleta po krestiansky es una albóndiga de cerdo en salsa de setas. En el menú de los restaurantes hay mucho pescado de agua dulce. El país es rico en ríos y lagos. No dejes de probar el kvas, bebida que resulta de la fermentación de malta, azúcar, hierbabuena y frutas.
En Bielorrusia la danza y todo lo que tenga que ver con la fiesta en general, tiene una gran importancia. Para animar bien la noche, la mayoría de las fiestas suelen constar de varios espectáculos, siendo bastante frecuentes las actuaciones y performances en las discotecas de las principales ciudades el país, a las que generalmente las mujeres pueden acceder gratuitamente al menos una vez a la semana.
Las datchas son el prototipo de vivienda tradicional de Bielorrusia. Se trata de pequeñas casas de madera ubicadas en las zonas rurales del país, dotadas generalmente de un jardín y un huerto en el que sus propietarios cultivan todo tipo de hortalizas. Teniendo en cuenta que las reducidas dimensiones de los apartamentos urbanos, las datchas son el refugio perfecto para quienes quieran escapar del estrés de las grandes ciudades. Aunque este tipo de viviendas se encuentran generalmente aisladas de las ciudades, sus habitantes suelen constituir pequeñas comunidades de vecinos que se ayudan entre ellos.
la apariencia es física tiene una gran importancia para los habitantes del país, especialmente en el caso de las mujeres. El cuidado de la estética femenina resulta fundamental para los bielorrusos, ya que la falta de ello es considerada como una falta de respecto para con los demás. Esta regla es igualmente válida para las mujeres de edad avanzada y cualquier cabello gris ha de ser teñido de inmediato.
La catástrofe de Chernóbil representa uno de las mayores tragedias de la historia de Bielorrusia. Evitad hablar de este suceso en público a menos que no sean los locales quienes inicien la conversación. La política es otro de los temas que es mejor evitar, especialmente si se trata de personas ancianas. Muchas personas de la tercera edad sienten una fuerte nostalgia del periodo soviético, mientras que la mayoría de jóvenes no siente reparo alguno a la hora de utilizar las palabras dictadura, tiranía o totalitarismo a la hora de afrontar este tema.
Se desaconseja visitar las regiones de las situadas al sudeste del país por la contaminación ocasionada tras el accidente nuclear, y consumir cualquier tipo de alimento que provenga de esta zona.
No bebas agua del grifo. Por motivos de salud es conveniente beber siempre agua embotellada. Su precio es realmente asequible y no es conveniente correr el riesgo.
El vodka es la bebida nacional de Bielorrusia y su consumo es casi mayor que el de la cerveza. Las variedades son casi ilimitadas y su precio es sensiblemente menor que el de la mayoría de cervezas extranjeras.
Una anécdota bastante curiosa es que los bielorrusos no hablan jamás su lengua natal en público. De hecho, el presidente del país no conoce el idioma local, sino que se expresa en ruso.