Marisco y crustáceos... Es la traducción del título de una canción de la francesa Brigitte Bardot ("coquillage et crustacé"). Y es que la cantante lanzó a la fama en 1964 este modesto pueblo de pescadores situado a 180 km de Río, Búzios, que en portugués significa marisco. Por su parte, Búzios, un auténtico Saint-Tropez local, homenajea a Brigitte Bardot y le rinde un auténtico culto. El paseo marítimo lleva su nombre (Orla Bardot), hay una estatua de bronce con su efigie, un fresco e ¡incluso un pequeño monumento funerario! La ciudad tiene cerca de 300 posadas. Pero sería una pena quedarse solamente en el centro de la ciudad. De hecho, Búzios es una península con una configuración idónea para diferentes ambientes de playa: calas para snórkeling (praia Joao Fernandinho y praia Joao Fernandes), ambiente mediterráneo, playa nudista (praia Olho de Boi), playa frecuentada por los surfistas y kitesurfistas (en praia Brava), ¡hay para todos los gustos!
Submarinismo, snórkeling, surf, windsurf y kitesurf en praia Brava, ski acuático, salidas en barco alrededor de la península, tiendas, actividades de ocio. Por la noche, las discotecas de la ciudad son muy famosas. Especialmente Privilege y Pacha, unas marcas muy conocidas en el mundo de la fiesta. Sin olvidarnos del Café del Mar. Pensarás que está en Ibiza.
La Orla Bardot, paseo marítimo en el que verás la estatua de bronce de la estrella, así como un monumento funerario dedicado, y los tres pescadores echando las redes (son falsos, pero parecen de verdad, sobre todo cuando está la marea alta). La calle peatonal principal das Pedras reúne una multitud de bares, restaurantes y tiendas. Conciertos, batucada y capoeira suelen estar en el programa.
Necesitarás crema solar y repelente de mosquitos. En verano, de diciembre a marzo, las temperaturas pueden sobrepasar los 40º. La manera más original de desplazarse por Búzios es el buggy, que ha tenido mucho éxito.
En temporada alta, de diciembre a marzo, Búzios está repleto de turistas, sobre todo brasileños y argentinos, ¡y los precios se doblan!
Hay dos platos brasileños típicos: el "cozido" y la "feijoada" con judías, arroz y harina de mandioca y carne. En la región, esta última se prepara con habas negras, naranja y carne seca. Hay que destacar la contribución culinaria de los restaurantes italianos, generalmente de calidad, más que nada por si quieres cambiar. Por supuesto, también encontrarás los famosos "paõ de queijo", bolas de pan con queso calientes. En principio, son la especialidad del estado de Minas Gerais, pero ahora se ven en todas partes. Termina con el quindim, una golosina con huevo y coco; es una auténtica delicia. Platano, mango, sandía, piña, naranja, papaya, fruta de la pasión y guayaba para los más atrevidos; caju, carambola y pitanga para los más reservados. Estas son las frutas y los zumos de fruta que podrás degustar durante tu estancia en Brasil. El alcohol de caña, cachaça o pinga, se bebe puro o mezclado, y si le añades azúcar, limón verde, hielo picado y el arte de mezclarlo, obtienes una caipiriña. Si le añades zumo de fruta, se llama batida. Por último, los brasileños suelen acompañar la comida con una lata de guaraná, una bebida con gas y semillas del Amazonas muy popular, una alternativa exótica a la Coca Cola.
En las playas, las numerosas tiendas de ropa, de precios más o menos asequibles, se mezclan con los vendedores de hamacas, joyas, pareos y otros recuerdos. Las chanclas "Havaianas" que llevan todos los brasileños, sin distinción de clase, se han revalorizado... En España se venden a 15 euros y, aquí, las encontramos a 8 euros. Los pantalones de capoeira son ligeros y cómodos. Si lo encuentras, podrías llevarte un silbato de madera de samba; sería un recuerdo original.