Fortaleza es la capital de Ceará, uno de los estados al noroeste de Brasil. Se trata de una ciudad en plena evolución famosa por sus paisajes con dunas y playas y, por supuesto, por su gran carnaval de Bahía. La ciudad ha cambiado mucho en los últimos treinta años, pasando de ser una miríada de pequeñas casas de colores con el romántico aire de un pueblo pesquero, hasta convertirse en una urbe de más de dos millones de habitantes. Poco queda de las pequeñas casas de colores, que fueron derruidas, sobre todo las que se encuentran cerca de la costa, que han sido sustituidas por enormes bloques de cemento que, asociados al progreso, son el orgullo de sus habitantes. Fortaleza es en realidad una ciudad dividida en dos, por un lado están los barrios periféricos y el centro, formados por edificios bajos; por el otro lado se encuentran los grandes rascacielos que bordean la costa y que son un símbolo vertiginoso del crecimiento llevado a cabo con torpeza y vanidad, obligados por su status de metrópolis. Esta dualidad está presente en la mayoría de ciudades de América Latina, dónde los contrastes son fuertes, con una modernidad que sube cada vez más arriba, haciendo sombra a la playa (algo que se ve empeorado por el hecho que el estado de Ceará decidió no adoptar la hora legal, con lo que el sol se pone a las cinco de la tarde, incluso en verano). Nuestro consejo para aprovechar la luz natural es levantarse temprano, algo que no es muy difícil, pues es suficiente con no intentar adaptarse al horario local, pues durante el verano en el hemisferio austral hay cuatro horas menos que en España. Fortaleza es también una ciudad que vive de noche, restaurantes y discotecas dan vida a las calles a ritmo de Forro, la música tradicional. Aunque la ciudad es famosa por sus largas playas, las mejores son las que están alejadas de los lugares más concurridos, como Praia da Iracema, Meireles y Mucuripe. También puedes ir a Praia do Futuro o hacer una escapada de algunos días a otros pueblos: al oeste, te aconsejamos Cumbuco, el paraíso del kitesurf, a tan solo 30 minutos de Fortaleza, y Jericoacoara, un lugar de una belleza excepcional; al este, no te puedes perder Morro Branco y Canoa Quebrada.
Según la tradición, las noches de Fortaleza siguen una programación muy estricta que se repite invariablemente cada semana. Eso no solo significa que los jóvenes de la ciudad van a la discoteca los sábados y toman un aperitivo en la playa los miércoles, sino que toda, o casi toda, la población acude exactamente al mismo lugar, en el mismo establecimiento, la misma playa o la misma plaza. Todavía hoy esta curiosa costumbre sigue dando vida a las noches de la ciudad, y es interesante que los turistas conozcan algunas de estas citas permanentes.
En Fortaleza, por ejemplo, un lunes con cara y ojos incluye obligatoriamente una velada en el Pirata Bar, la discoteca más famosa y apreciada, tanto por los habitantes de la ciudad como por la gente de paso. Su divisa: "A segunda-feira mais louca do mundo!!" (¡el lunes más loco del mundo!). Un dato sorprendente es que este bar (casi completamente exterior y dominado por un barco pirata que iza su vela adornada con el símbolo de los piratas), desde 1986, abre exclusivamente los lunes, para una velada que empieza a las 20:00 y que puede prolongarse durante toda la noche. El Pirata Bar es un lugar auténtico en el que escuchar música -forro de primera línea- y bailar; todo ello con una buena cerveza o caipiriña en la mano... aunque con moderación, ya que el establecimiento está abierto para toda la familia. Puedes llegar temprano y disfrutar de la tranquilidad de primera hora para comer algo, y luego dejar pasar el rato hasta el momento del baile, con música en directo y bailarines que aparecen hacia las 22:00.
En cambio, los jueves la cita es en Praia do Futuro, con la "noite dos caranguejos" (la noche de los cangrejos), cocinados para el placer de la clientela en baracas de la playa.
Durante el día, ¿qué más se puede hacer en Fortaleza más allá que disfrutar del sol? Son pocos los que acuden a las playas que bordean la avenida Beira Mar. Es mejor que te dirijas a Praia do Futuro, situada a algunos kilómetros del centro pero de fácil acceso en autobús; hay que tomar el que va en dirección a "Caça e pesca".
Si no, también puedes ir a las playas de fuera de la ciudad, o a las de los pueblos de la costa de Ceará, algo más alejados. Se organizan numerosos circuitos en autobús para llegar a poblaciones como Cumbuco, Jericoacoara, Morro Branco y Canoa Quebrada, donde se pueden practicar deportes acuáticos, en especial windsurf y kitesurf. Hay deportistas del mundo entero que acuden a esta región, ya que aquí el viento sopla de forma constante, lo que convierte a esta parte del océano en ideal para este tipo de actividades. Cumbuco, a 30 minutos de Fortaleza, es la sede mundial del kitesurf. Y eso no es todo: desde este pequeño pueblo, podrás reservar un paseo en boogie, un tipo de pequeño todoterreno adaptado a la conducción por la arena. Te acompañará un guía profesional a lo largo de un circuito que puede oscilar entre varias horas y varios días, pudiendo llegar incluso hasta Jericoacoara (tres días de viaje). Una experiencia inolvidable.
Un consejo: no te pierdas, especialmente si viajas con niños, el mayor parque acuático de América Latina (o por lo menos eso es lo que se afirma en la región). Se trata del Beach Park, a unos veinte minutos de Fortaleza, en la ciudad de Aquiraz, en la playa de Porto das Dunas.
Fortaleza no es el destino ideal para un viaje cultural. De todas formas, si al cabo de unos días empiezas a cansarte de la playa y las salidas nocturnas, debes saber que las oportunidades para realizar visitas histórico-artísticas no te faltarán. Deja de lado los barrios más bulliciosos y dirígete al centro. Allí encontrarás todas las atracciones principales, cerca unas de otras y fácilmente accesibles a pie. Entre las más destacadas, se cuenta el teatro José de Alencar, el edificio más antiguo de Ceará, construido en 1910, ampliado en 1975 con un jardín exterior, y reformado en 1991. Cada semana, de lunes a domingo, organiza espectáculos de música, teatro y danza. Si quieres profundizar más en la historia y la arquitectura de este magnífico edificio, puedes acudir a una visita guiada (cada hora entre las 8:00 y las 16:00 entre semana, excepto los lunes, con una pausa al mediodía; y de 13:00 a 16:00 los fines de semana). Debes acudir al número 525 de la rua Barrosa.
Pasando por Praça do Ferreira y Praça Clóvis Beviláqua, se llega a Igreja da Sé, la catedral gótica de la ciudad.
Tras pasar revista a los principales monumentos históricos de Fortaleza, y tras perderse entre los callejones flanqueados por casitas de colores, parecidas a las de la antigua Fortaleza, se llega al edificio moderno de Dragão do Mar, el principal centro artístico y cultural de la ciudad, financiado por el estado de Ceará. Incluye dos salas de cine, un teatro, un planetario y varias exposiciones temporales. Dentro de poco está previsto que empiece la construcción de un espectacular acuario.
De camino al mar, puedes hacer una parada romántica en Ponte dos Ingleses, un embarcadero muy largo que se adentra hacia el mar. Su construcción empezó en 1902 bajo órdenes de los ingleses (de ahí su nombre), durante la administración de Campos Sales. El puente se erigió en metal y madera directamente importados de Londres y se usó como puente durante veinte años. Hoy, es una de las principales atracciones de la ciudad y cada día lo visitan un centenar de familias.
El estado de Ceará eligió no adoptar la hora legal, por lo que el sol se pone muy temprano en verano y empieza a oscurecer a partir de las 17:00h. Por consiguiente, si tu idea es pasar los días en la playa, te recomendamos que te levantes pronto por la mañana para poder aprovechar el sol lo máximo posible.
El sol pica fuerte en cualquier época del año. Así que recuerda usar crema solar con un factor de protección elevado.
En Fortaleza, todos te recomendarán que evites los autobuses y optes por los taxis, más caros pero más seguros. Por lo menos en el caso del aeropuerto, se trata de un buen consejo, ya que el transporte público es poco práctico para desplazarse hasta Meireles y Praça da Iracema, donde se encuentran la mayoría de hoteles. Las dos empresas de taxis que hacen el trayecto entre el centro de la ciudad y el aeropuerto aplican tarifas alrededor de los 30 o 40 reales (unos 15 o 20 euros), en función del destino. En cambio, para desplazarse por la ciudad, el autobús no es una mala solución, y no es tan peligroso como lo pintan. Como es lógico, hay que prestar atención y no andar exhibiendo los objetos de valor. Transporta solo lo mínimo indispensable, no enseñes la cámara de fotos más que para sacar fotos y guárdala en seguida en su funda, estáte siempre atento a los ladrões, es decir, los ladrones, sobre todo por la noche y en las zonas más concurridas. No acudas al Parque Ecológico do Cocó, se trata de un lugar poco recomendable.
Para comer sin gastar demasiado basta con detenerse en uno de los numerosos barecillos de la playa. Tras un aperitivo a base de cerveza o caipiriñas -el cóctel brasileño con lima, hielo picado y cachaça-, acompañadas de bolinhas de queso o pescado y salsa rosa, pide un plato de carne o pescado con arroz, judías y ensalada, comida suficiente para saciar a dos personas.
Si te apetece picar algo a lo largo del día, la playa está llena de vendedores de maíz y otros tentempiés. Principalmente te encontrarás con mujeres de Bahía vestidas con el traje tradicional y que venden bocadillos a base de salsas, gambas y verduras que cocinan en casa en grandes sartenes.
Si quieres comer en un restaurante tradicional, te aconsejamos que pruebes por lo menos una vez una churrascaria, un restaurante que encantará a los más comilones. Por una cantidad fija, tendrás a tu disposición un variado bufé de verduras, entrantes, arroz, judías y acompañamientos diversos. Los platos principales se sirven directamente en la mesa. Los camareros llevan la carne (pollo, cerdo y buey, cocinados de diferentes formas) en largas brochetas y las ofrecen a los clientes, que pueden elegir si quieren aceptarla o prefieren esperar a la tanda siguiente, ya que saben que pueden comer hasta la saciedad. Únicamente recomendable cuando se tiene mucha hambre. Por lo general, la bebida y los postres no se incluyen en el precio.
Si buscas recuerdos para llevar a casa, basta con que te des una vuelta por la feria de Beira Mar, situada en el centro de la avenida homónima. Todas las tardes, de 16:00 a 22:00 el mercado está lleno de puestos en los que encontrarás productos típicos y artesanía local. Te recomendamos que pienses en las hamacas, ya que son buenas y se pueden conseguir a precios más económicos que en Europa.
Si lo que te interesa es la ropa, debes ir a la avenida Monsenhor Tabosa, la calle comercial más concurrida por los habitantes de la ciudad.