Viajes a Boa Vista, la ciudad brasileña al norte del ecuador

Tercera isla más grande de Cabo Verde, Boa Vista es sobre todo la isla de las dunas pues sus dos grandes macizos dunares esculpidos por el viento te harán sentir como si estuvieras en pleno Sáhara. A pesar de tratarse de una isla de dimensiones modestas, pues solo tiene unos 30 km de diámetro, sus paisajes dan al visitante una extraña impresión de inmensidad. Sus playas de arena blanca, las salinas, montañas y oasis, largas carreteras rectas que cortan la plana desértica... uno tiene la impresión de recorrer grandes distancias cuando, en realidad, un día es más que suficiente para cruzar la isla de punta a punta. Su vegetación está compuesta por cocoteros y palmeras, y no puedes irte de la isla sin probar los dátiles autóctonos, que se recogen entre los meses de noviembre y diciembre. Las costas están formadas por magníficas playas. Las del sur son más seguras y más bonitas que las del norte, pues en estas últimas, el viento sopla con fuerza y puede ser peligroso para los nadadores. Aún así, se trata del lugar perfecto al que ir si lo que te gusta es practicar el windsurf y otros deportes acuáticos. Las mejores playas son las que se encuentran alrededor de los pueblos de Sal Rei y Rabil, como Praia de Chaves en el oeste, famosa por sus dunas y sus complejos hoteleros, Praia de Curralinho, Praia Curral Velho y Praia Lacaçao en el sur. Boa Vista es el lugar perfecto para descansar, disfrutar del mar, del silencio y de las playas. ¿A qué estás esperando?

Para los que estén interesados en las aves, el islote de Curral Velho, accesible en lancha motora o en piragua, alberga albatros, fregatas, pájaros negros de gran envergadura y pájaros tropicales. También se puede visitar el pueblo de Povoaçao Velha, el más antiguo de la isla, que data del siglo XVII. Hay que ver también el faro de Morro Negro, situado al este de la isla.

Numerosas playas de fina arena rodean la isla y por ahora no se ve ningún rastro de contaminación. El relieve llano y las numerosas dunas esculpidas por el viento recuerdan al Sáhara. Para los buscadores de tesoros, se divisan los restos de una embarcación desde la costa norte de la isla. Los restos de Cabo de Santa Maria son de un barco español que se hundió el 1 de septiembre de 1968.

Al bañarte, vigila con las fuertes corrientes marinas, que son causa frecuente de ahogamientos.

Evita beber agua del grifo y poner cubitos en el vaso. De forma general hay que hacer especial atención al consumo de agua ya que se trata de un bien escaso en la isla, dónde tan solo llueve algunos días al año.

El plato nacional, la caechupa, es parecido a una fabada a base de maíz, beicon y chorizo. El pescado, el pollo, el cerdo, el arroz y algunas verduras constituyen la base de la alimentación. También hay excelentes langostas a la parrilla. Típico del archipiélago, el Grog es un ron blanco o negro, servido en forma de ponche.

La artesanía es bastante pobre y se limita a labores de ganchillo (manteles, tapetes, colchas, etc.), así como pinturas de estilo naif, algunos batiks, sombreros de paja y objetos hechos con conchas. Tráete también grog y vino de Fogo.