Extendida en una isla situada en San Lorenzo, esta ciudad típicamente norteamericana combina a las mil maravillas construcciones antiguas y grandes torres. Montreal, segunda cuidad francófona del mundo, es uno de los lugares más cosmopolitas de Canadá, donde cada barrio te sumerge en un ambiente específico. Entre sus barrios encontrarás el chino, el gay, el de negocios, el de los estudiantes, el histórico, etc.
Montreal, famosa por sus salidas nocturnas, se descubre también en pleno día, a pie, bajo tierra o sobre ésta. Sus galerías de arte, bares museos, tiendas, iglesias y parques hacen de esta ciudad un lugar agradable para empaparse de cultura y divertirse.
Al norte de Montreal, las Laurentides, unas regiones onduladas pobladas por numerosos lagos, constituyen una amplia zona de ocio que atrae a esquiadores, pescadores, excursionistas y bañistas, todos ellos amantes de la naturaleza. Al sur de Montreal, sólo unos kilómetros lo separan de Estados Unidos, y Nueva York está a sólo unas diez horas de autobús.
Salir a bailar de noche, asistir a un espectáculo de cabaret, aprovechar la vida nocturna animada.
Ir a esquiar por la noche a las pistas iluminadas de las Laurentides, a 40 minutos de Montreal en coche.
Pasear por las orillas del San Lorenzo, donde un laberinto se abre a partir de abril.
Visitar la Basílica de Notre-Dame, reconocible por sus dos torres y los museos Mac Cord, de Bellas Artes y de arte contemporáneo.
Tomar algo en una terraza de uno de los numerosos bares y restaurantes que bordean la encantadora Plaza Jacques Cartier.
Ir de compras en la calle de Santa Catalina, donde se reúnen todas las grandes firmas internacionales pero también marcas que sólo encontramos en América.
Salir de la Plaza de Armas, punto de partida para visitar el Viejo Montreal y deambular por las callejuelas alrededor del puerto.
La galería subterránea acoge comercios, restaurantes y bares.
Las numerosas galerías de arte, los museos y los festivales de todo tipo.
El Viejo Montreal.
Un festival al aire libre.
Ponte un abrigo grueso en invierno, pero no vayas demasiado abrigado debajo para poder ir a las galerías subterráneas sin morirte de calor.
Evita comer demasiadas poutines ya que las consecuencias son enormessssssssss. Te lo dice una amante de las poutines.
La carne ahumada o «smoked meat» servida en copiosos bocadillos, especialidad de Montreal que podrás degustar en Schwart's, el restaurante más auténtico de Montreal que sirve la mejor carne ahumada desde 1928, una verdadera institución situada en el histórico bulevar de San Lorenzo, la «Main». Te advertimos que suele haber cola.
No se puede visitar Montreal sin degustar la ultracalórica poutine, especialidad local a base de patatas fritas, salsa de carne y trozos de queso.
El típico sirope de arce que es mejor comprar en conserva en los supermercados.
Ropa y baratijas compradas en una de las originales tiendas situadas en la parte alta de la rue Saint-Denis (hacia el metro Mont-Royal).