La ciudad de Toronto, en el camino para visitar las famosas cataratas del Niágara, merece una escapada de varios días. Toronto es la quinta ciudad más grande de América del norte y fue construida por los ingleses en 1792 bajo el nombre de York. La capital de la provincia de Ontario, tiene todo lo de una gran ciudad americana con un centro urbano con barrio de negocios, construido con grandes torres, rodeado de una sucesión de barrios étnicos de arquitectura victoriana, románica y de Art Déco. La alianza de lo moderno y lo antiguo le confiere cierto encanto que resulta atractivo para los amantes del urbanismo.
Pero lo que realmente le proporciona su alma a Toronto son sus barrios de carácter bien definido. Según la UNESCO, Toronto es la ciudad más multicultural del mundo, con una población compuesta por un 50% de extranjeros. Esta ciudad cosmopolita y dinámica cuenta con diferentes barrios como Chinatown, Little Italy, Little India o Koreatown, sin olvidar los barrios comunitarios como el Gay Village o el barrio hippy. ¡En cada manzana hay un ambiente, con su población, sus restaurantes y su animación! Todas estas gentes se mezclan en un ambiente cordial y festivo.
La naturaleza no se queda atrás en esta ciudad situada a orillas del lago Ontario. La ciudad, de cara a algunas pequeñas islas, verdaderos remansos naturales, permite bañarse, tomar el sol y pasear en verano. Cuenta con 1 500 parques, es decir, casi 8 000 hectáreas de vegetación.
Pero Toronto es ante todo una ciudad cultural, con sus museos, incluido el museo real que es el museo público más grande del país, con seis millones de tesoros, sus teatros, cines y la famosa torre CN, símbolo emblemático de la ciudad, que te lleva hasta 553,33 metros de altura para admirar la ciudad y su bahía.
Ir a ver un partido de hockey, deporte nacional.
A los amantes de la noche les encantará Entertainment District, que reúne 88 discotecas en 1,5 km². ¡El maratón puede comenzar! Con bares, restaurantes y teatros, es el barrio de las noches animadas.
Pasear en barco por el lago de Toronto, de 335 km de largo, 85 de ancho y 250 metros de profundidad, cuya agua, por tanto, siempre está muy fría.
Comprar en Eaton Centre, uno de los centros comerciales más grandes de América del norte, con 350 tiendas.
Subir a lo alto de la Torre CN, la torre más alta del mundo, con 354 metros, una terraza de cristal y un restaurante que gira a 22 km por hora. Prueba a andar sobre el suelo de cristal, una experiencia emocionante que provoca palpitaciones.
Recorrer los parques de la ciudad para sumergirse en plena naturaleza y para observar las ardillas que han encontrado sus terrenos de juego: High Park, el parque más grande de Toronto, Queen's Park, situado justo detrás del Parlamento, un parque muy animado en verano, y muchos otros.
Ir de crucero, saliendo de Queen's Quay West, para descubrir las islas de los alrededores. Entre las actividades propuestas hay paseos en bicicleta, bañarse en verano, correr en plena naturaleza o pasear. ¡Una buena dosis de aire fresco!
La Casa Loma : Es un castillo medieval de 95 habitaciones construido por un millonario alrededor de 1911. Cuando se quedó pobre, el estado heredó la propiedad, para suerte de los turistas.
La ciudad subterránea: 25 km de galerías comerciales bajo el barrio financiero. Hay unas 1100 tiendas abiertas sobre todo en horario de oficina. Las entradas del PATH (que así se llama) están indicadas en las aceras.
Ir a la Ópera, al teatro y al cine. La sala de la Ópera, totalmente nueva, tiene la mejor acústica del mundo. No hay micrófonos, sino unos cristales especiales.
Llevar a los niños al Centro de ciencias de Ontario, que propone actividades, animaciones y demostraciones que despertarán la curiosidad de pequeños y grandes.
Ir a pasear a St Lawrence, el mercado principal de Toronto donde 42 expositores ofrecen productos locales (carnes, mariscos, frutas y verduras)
El ROM (Royal Ontario Museum) es el museo más importante de Canadá, con cerca de 6 millones de obras. Formado por tres edificios, el primero abierto en 1914 y el último en 2007, es una parada imprescindible durante la visita a Toronto. Cuenta con espacios para todos los amantes de la historia, del arte de todas las épocas, de la biología, de la paleontología, y de la historia natural. Además, dos exposiciones anuales atraen a un gran número de curiosos. En enero de 2010, se exponían los manuscritos del mar muerto. También hay un espacio dedicado a los niños, para enseñarles las cosas de manera lúdica, hacerles descubrir la cueva de los murciélagos, explicarles como las abejas fabrican la miel, etc.
El fresco, situado en Queens, no muy alejado de la destilería, representa 200 años de historia en forma de escenas cotidianas.
Un molino de harina convertido en destilería y después transformado en pequeño barrio animado. En él se han habilitado tiendas, en las antiguas estancias de la destilería que, en la medida de lo posible, han conservado y reciclado las máquinas, las herramientas, etc. Un lugar atípico para ir de compras por unas tiendas bonitas, pero caras, o para tomar algo en un entorno agradable, de otro tiempo.
Los barrios:
China Town es el antiguo barrio judío que en la actualidad te sumerge en la China moderna.
Little Italy y Greek Town son barrios animados llenos de encanto, para recorrer de día o de noche, cuando los jóvenes se dan cita en restaurantes y bares muy animados.
El Yorkvillage era el barrio hippy en los años 60, que se ha convertido en el barrio elegante de Toronto, ocupado por pequeñas casas con tejados puntiagudos, en las cuales se han instalado tiendas y librerías. A los artistas les encanta este barrio.
Cabbage Town es un barrio de bonitas casa victorianas de ladrillos rojos que pertenecían a los obreros irlandeses a mediados del siglo XIX.
Kemington market en China Town es un barrio popular, pero muy agradable, donde se puede pasear tranquilamente por las pequeñas calles, escuchando música y buscando tesoros en las tiendas de segunda mano.
Forest Hill : el barrio elegante de Toronto, donde se pueden admirar hermosas casas de más de un millón de dólares.
Gay Village, con su ambiente, sus tiendas con escaparates originales y sus antiguas casa victorianas.
La universidad es la más grande de Canadá con 73 000 metros. Se construyó inspirada en el modelo de las facultades inglesas.
Vigilar bien los carteles del metro, ya que algunas paradas quedan ocultas por las casas y son difíciles de ver.
Guardar tu billete de metro o de autobús, que es válido siempre que vayas en la misma dirección.
Añadir los impuestos a los precios de todo lo que compres. Y tanto en los restaurantes como en los taxis, pagar el servicio a parte, que no está incluido.
La compra de alcohol si tienes menos de 19 años. Está prohibido.
Pedir un entrante en un restaurante pensando que se trata solamente de un aperitivo, ya que aquí es un plato principal.
Los perritos calientes se venden en todas las esquinas de las calles y son sin duda la manera más barata de alimentarse. De pollo, vegetariano o de ternera, el perrito caliente no es obligatoriamente una salchicha dentro de un panecillo.
Cada barrio tiene sus especialidades. Por ejemplo, para degustar buenos platos chinos, hay que dirigirse al barrio chino, para comer pastas al pesto, a Little Italy, etc.
Si nunca has estado en un restaurante tailandés, prueba sin dudarlo el Mengrai Thai. Tras los fogones está Sasi Meechai-Lim, el famoso chef que te transportará al sureste de Asia ya desde la primera cucharada de sopa que te sirven como aperitivo. Es un auténtico manjar.
Típico de Canadá y de Ontario, prueba el salmón fresco o ahumado, además del marisco.
Finalmente, no te vayas sin degustar la famosa smoked meat o carne ahumada que se vende en los establecimientos de bocadillos.
El vino de hielo, que se elabora en una región rica en viñedos. Esta bebida típica de Canadá es uno de los recuerdos que se pueden ofrecer y compartir entre amigos, junto con el jarabe de arce.
Tiendas de ropa de segunda mano en Kensington Market.