Mohéli es la isla más salvaje del archipiélago. Su importante bosque tropical, atravesado por una cadena montañosa, es perfecto para el senderismo, con senderos sencillos desde Fomboni, su capital. Además de las numerosas playas desiertas con las que te encontrarás por casualidad, podrás ver el lago Dziani Boundouni y el castillo Saint-Antoine, un chalé colgado sobre una cresta, donde puedes pasar la noche si no se le ha ocurrido a nadie antes que a ti. Pero pocos turistas se aventuran en Mohéli.