Pyongyang

El río Daidong cruza Pyongyang, ''tierra plana'' y ''lugar agradable''. La ciudad tiene más de 2.000 años, pero tiene pocos monumentos históricos. Se organiza alrededor de los lugares de obligada visita, preparada por tus huéspedes. Frescos monumentales que representan al "Gran Líder" ornamentan los muros de la ciudad. El monumento de Mandousai es una estatua de bronce de 20 m de alto que representa al comandante supremo, en el corazón de la ciudad. Te llevarán encantados para dejar un ramo de flores y escuchar cantos revolucionarios. Alrededor, los chorros de agua curvados, con forma de pino o de sombrillas decoran el parque. El antiguo palacio presidencial, convertido en la actualidad en mausoleo, es un edificio tapiado, coronado por un enorme retrato, cuyas obras de restauración "durarán 1.000 años". Aquí es donde descansan los restos mortales embalsamados del carismático jefe. En el interior del monumento funerario, un fuelle elimina todas las impurezas de tu ropa. En el centro de una gigantesca piedra y en la oscuridad, el cuerpo del "Gran Líder" brilla bajo una cúpula de cristal, delante del que hay que arrodillarse tres veces. El Arco de Triunfo es, según los organizadores "más alto que el de París". El monumento a las ideas del Juche es un fino campanario de granito. Con una altura de 170 m, tiene en su flanco una antorcha de 20 m en la cima que se enciende con una llama roja, cuando el resto de la ciudad no tiene electricidad. Un ascensor lleva al mirador, desde el que se divisa la capital a vista de pájaro. El museo de Historia tiene 19 salas con los objetos y piezas relacionadas con la sociedad coreana, de la época primitiva a la moderna. Las puertas Botong, Daidong o Djeunkeum de la fortaleza de Pyongyang, son, en su mayoría, del siglo VI y fueron restauradas en los siglos XV y XVI. La colina Moran, el jardín de la capital, está balizada con los restos de la muralla de la antigua fortaleza. El metro tiene estaciones bonitas y amplias, con altos techos y columnas esculturales.