Busan, no es una ciudad especialmente bonita pero sí muy atractiva, que evoluciona rápido y bien gracias a sus actividades comerciales (5º puerto mundial) y sus actividades turísticas. El trato es acogedor y los turistas no faltan. Suele ser el punto de partida de los japoneses que llegan en ferry. Para venir desde Seúl lo mejor es coger el KTX, el AVE coreano que une las dos ciudades en 3 horas. Una estancia de 2 días / 1 noche es suficiente si queremos ver lo esencial pero la ciudad merecería tanta atención como la capital. Puede prepararse una estancia más larga para conocer de cerca la vida cotidiana coreana. No es precisamente una ciudad espiritual ya que sólo hay dos templos budistas (Beomosa y Samgwangsa), se trata sobre todo de una ciudad de ocio. Encontramos bonitos paisajes, la isla de Eulsukdo, el faro Yeongdo o el puente Gwangan de noche, paseamos entre los puestos de pescado del mercado Jagalchi, nos vamos de compras hasta no poder más por la calle Seomyeon y al inmenso mercado de Gukje, donde encontramos de todo.
Darse un baño colectivo en las numerosas fuentes termales diseminadas por la ciudad. Hacer una excursión de un día por el parque marítimo nacional Hallyeo. Levantarse al alba para ver el espectáculo de los vendedores de pescado fresco en el mercado Jagalchi. Pasear por Shanghai Street, calle de comercios extranjeros para la población rusa local y para las tripulaciones de barcos extranjeros.
La playa de Haeundae es una de las playas más populares del país. Es el barrio de veraneo por excelencia, con grandes hoteles internacionales, numerosos restaurantes y bares. El ambiente es completamente diferente de día y de noche, y vale la pena dar un paseo por la playa para observar a los coreanos en la playa. No olvides visitar el cementerio de las Naciones Unidas, el único cementerio internacional dedicado a los soldados de las Naciones Unidas muertos en combate durante la Guerra de Corea.
Situado a una hora en coche de Busan, el templo Haeinsa es el templo más conocido del país ya que alberga el Tripitaka Koreana, escrituras búdicas en 80.000 tablas. Las planchas se encuentran en un excelente estado ya que se conservan en el Janggyeong Panjeon, edificio abierto para evitar la humedad. Las tablas y los edificios han sido declarados Patrimonio Mundial de la Unesco.
Evita coger el coche para circular por la ciudad. Es una ciudad demasiado grande, con muchos atascos. Es mejor dejar el coche en el hotel y coger el metro, con el que podrás desplazarte por toda la ciudad.
Pescado en todas sus formas y marisco que puede degustarse en los puestos del mercado Jagalchi, nada más que por el placer de dejarse "tentar" por las pescaderas, y en numerosos restaurantes.
Los mercados de la ciudad rebosan de gangas en ropa, electrodomésticos, maletas y marroquinería. Alguna cosilla del centro comercial más grande de Asia, en el barrio de Haeundae. ¿Y por qué no un DVD? Busan se ha convertido en el centro de la industria cinematográfica coreana gracias a la organización de numerosos festivales de cine.