Este templo, fundado en el año 794 bajo la dinastía Silla, forma parte de las joyas de la capital surcoreana. Sus instalaciones han sido totalmente renovadas y acondicionadas. Resulta interesante visitarlo porque se encuentra en el centro de la ciudad, rodeado de grandes y modernos edificios, por lo que el contraste es sorprendente. Compuesto por una veintena de edificios, cada uno con su propia finalidad, el templo principal es el centro de la vida religiosa. En la entrada hay un pabellón dedicado a los cuatro guardianes del templo, además de otro reservado al descanso. No obstante, lo más impresionante es la estatua de 23 metros de altura que se oculta tras los edificios, Mireukdaebul, que es la estatua de Buda más grande de Corea. Para la construcción de esta estatua, se necesitaron 10.000 personas y se tardaron 10 años.