Viajes a Costa de Marfil: informaciones prácticas

Durante años, Costa de Marfil ha sido un todo ejemplo de estabilidad económica en el continente africano gracias al cultivo y exportación de materias primas de alta calidad como el cacao y el café. País de fuertes contrastes tanto paisajísticos como sociales, pesar de no contar con una gran superficie, esta antigua colonia francesa atesora un cuidado litoral al sur de su territorio, repleta de hermosas playas y calas salpicadas de cocoteros, mientras que en el norte, los paisajes áridos y secos de la sabana dominan un panorama en el que tampoco faltan la exuberante vegetación de los bosques tropicales, que os invitamos a descubrir.
  • Costa de Marfil,
    © Johan Swanepoel / 123 RF
  • Costa de Marfil,
    © Sylvie Bouchard / 123RF
Gonzalo González Beneytez
Gonzalo González Beneytez Experto destino Costa de Marfil

País conocido en el mundo entero por su café y cacao de alta calidad, Costa de Marfil alcanzó oficialmente su independencia de Francia en 1960. Esta antigua colonia ubicada en el golfo de Guinea presenta dos universos completamente diferentes tanto en lo que ha naturaleza y cultura se refiere, como también sucede con sus vecinos de Ghana, Togo y Benín, con los que comparte sus fronteras.

En la zona más meridional del país, los cocoteros, manglares y largas playas bañadas por las aguas del océano Atlántico hacen las delicias de locales y turistas, hasta el punto de ser consideradas como una de las mejores de todo el continente africano de cara al turismo de sol y playa. De la región de San Pedro, en la zona oeste del país (especialmente en Monogaga), a la de Assinie, en el extremo opuesto, los arenales que atesora Costa de Marfil son realmente fabulosos, siendo muchos los resorts vacacionales destinados al público occidental ubicados a lo largo de su litoral.

Situada entre las ciudades de Assinie y Abiyán, Grand-Bassam fue la primera capital colonial, y en consecuencia, la primera capital de Costa de Marfil. Principal lugar histórico de Costa de Marfil, la urbe cuenta con el reconocimiento de Patrimonio de la Humanidad por la Unesco por su rico patrimonio, siendo un ejemplo único de la arquitectura y planificación colonial, a través de la cual la ciudad quedó dividida en barrios especiales dedicados al comercio, la administración, los habitantes europeos y los autóctonos. Os recomendamos encarecidamente la visita de este lugar, al que podréis llegar de camino a la costa.

Abiyán, es la capital de facto de la República de Costa de Marfil, y en consecuencia, la más grande, poblada y mejor conectada del país. Situada alrededor de una laguna, está aglomeración urbana cuenta con al menos ocho millones de habitantes. Le Plateau, Treichville, Cocody, Yopougon, Abobo, Marcory... los barrios de esta gran ciudad parecen pequeñas ciudades dentro de los vastos dominios de la capital, cada uno de los cuales ofrecerá al viajero realidades muy diferentes tanto de noche como de día, a descubrir, preferentemente en compañía de sus habitantes.

La capital administrativa es un pequeño burgo de sueños de grandeza Situada en el centro del país, Yamusukro es la ciudad natal de Félix Houphouët-Boigny, el padre de la independencia de la Costa de Marfil y primer presidente de esta República Africana, quién trasladó la capital administrativa del país a esta ciudad, que poco a poco iría acogiendo varias de las principales instituciones del país a partir de 1983, así como un buen puñado de nuevas y flamantes construcciones de corte moderno como el palacio presidencial, las sedes de los ministerios y grandes escuela y universidades, entre otras obras. El resultado de este fuerte desarrollo ha dado pie al que probablemente sea el paisaje más surrealista de Costa de Marfil; una jungla de edificios ubicados en mitad de ninguna parte, tramos de autopista que parecen conducir a ningún lugar, sin olvidarnos de la gigantesca basílica de Nuestra Señora de la Paz (Notre-Dame de la Paix).

Lejos del panorama urbano de esta sorprendente urbe, Costa de Marfil ofrece impresionantes y salvajes paisajes naturales que hacen las delicias de sus visitantes por variedad y autenticidad. Así pues, el país atesora en sus dominios tres parques naturales: el parque natural de Tai, el parque nacional de Comoé y la reserva natural integral del Monte Nimba (de dominio compartido con sus vecinos de Guinea). Todos ellos cuentan con el reconocimiento de Patrimonio Natural Mundial por la UNESCO.

Estos espacios protegidos están ubicados en entornos naturales muy diferentes, en los que el viajero podrá apreciar las especies de flora y fauna más características de Costa de Marfil. En las zonas boscosas del sudoeste, el parque nacional de Tai y del Monte Péko incluye en sus dominios uno de los últimos bisques primarios de África. Un bien natural de un valor incalculable, que milagrosamente no ha sucumbido a la extensión de las plantaciones.

En el noreste del país, el parque nacional de Comoé presente un escenario totalmente diferente, con un clima anormalmente húmedo pese a estar ubicado en la zona fronteriza con el desierto del Sahara, en el que habitan increíbles especie de animales y plantas. Desgraciadamente, el pastoreo excesivo y la presencia de cazadores furtivos en la zona podrían terminar por degradar este espacio.

Por último, la reserva del Monte Nimba, situado en la frontera entre Guinea, Liberia y Costa de Marfil, se extiende por una zona montañosa que se impone sobre la sabana, siendo el hogar de algunas de las especies endémicas más significativas, como los chimpancés.

Costa de Marfil : las cifras clave

Superficie : 322453.0 km2

Número de habitantes : 17000000 habitantes

Cambio de horario (jetlag) : -1 hora en invierno / -2 horas en verano

  • La posibilidad de combinar el turismo en el interior del territorio con el turismo de sol y playa.
  • Las infraestructuras hoteleras son de buena calidad y el nivel de comodidad es superior al de la mayoría del resto de países del África negra.
  • Es un país donde se habla francés de manera general.
  • El clima es húmedo, con una atmósfera bochornosa y un cielo con frecuencia cubierto en el sur, mientras que en el norte, en enero y febrero sopla el harmanttan, un viento del Sahara que arrastra arena y polvo.
  • La delincuencia prolifera en Abiyán.
  • Los negocios de alquiler de coches tienen tarifas excesivas.
  • Las playas son, con frecuencia, peligrosas (riesgos de ahogamiento).

Costa de Marfil  : ¿Qué visitar ?

Costa de Marfil : ¿ Que traerse ?

Los tejidos y paños que los marfileños utilizan como vestimenta elegante, con colores vivos y llamativos, se venden a muy buen precio en los locales de los sastres del mercado de Treichville y en los locales libaneses de la rue du Commerce en Abiyán, así como en los mercados de Buaké (paños y mantas baulés) y de Man (tejidos batik). En territorio senufo gozan de prestigio las telas teñidas y posteriormente pintadas de Korhogo. También podremos toparnos con bonitos objetos de cestería, cerámica, marroquinería e instrumentos musicales. Las joyas, brazaletes y colgantes de oro, plata o bronce son bastante baratos. Las máscaras y estatuillas son atractivas, pero se trata de piezas de artesanía elaboradas para los turistas y no son verdaderos objetos rituales. Los artesanos marfileños, conociendo el gusto de los occidentales por el arte africano, se han convertido en maestros del arte de elaborar objetos envejecidos. Los objetos de marfil suelen ser de hueso y, en cualquier caso, la importación de marfil está prohibida en Europa. Finalmente, conviene saber que el regateo impera en todas las transacciones, con paciencia y humor. La mayoría de las tiendas están abiertas de 09:00 a 12:00 y de 15:00 a 18:00, aunque suelen cerrar los sábados por la tarde y los domingos.

Costa de Marfil : ¿ Qué comer ?

Al igual que en muchos otros estados del continente africano, en Costa de Marfil comer es por encima de todo un acontecimiento social, un momento a compartir con amigos, familiares y/o huéspedes. Por ello, las personas que no tienen familiares ni amigos para compartir estos momentos, son capaces de preparar tres comidas seguidas cuando estos reciben visita. Si estás solo y te mueres de hambre siempre puedes encontrar algún puesto o pequeño negocio en el que saciar tu apetito con un bocadillo o sándwich mientras charlas con el resto de clientes.

Los marfileños tienen fama de ser muy buenos comensales. Entre los platos nacionales, el más conocido es el futú, una pasta hecha de ñame, plátano y mandioca, condimentada con distintas salsas de cacahuete, salsa roja ( elaborada con aceite de palma, pimiento y tomate), salsa clara (a base de berenjenas) o salsas elaboradas con hojas de mandioca o patata dulce), y acompañada con carne o pescado.

El attieké es una especie de cuscús de mandioca que se consume generalmente con salsas de pescado o carne. Ahora bien, casi siempre te ofrecerán como plato principal pollo a la brasa (un bocado bastante copioso) o keyenú, pollo cocido y relleno con verduras y acompañado de arroz. En las zonas del interior se cocina bastante cabrito, jabalí (facóquero) y agutí, ya sean asados o en forma de guiso. Los árboles de la sabana, como el neré y el karité, dan frutos que se utilizan mucho en la preparación de diferentes especialidades costamarfileñas. De la vaina del neré se extrae un condimento, el sumbala, muy popular en la cocina local.

En general, la cocina marfileña es muy especiada, aunque en los restaurantes de Abiyán, la capital, los platos son servido con menos picante de lo habitual para adaptarse a los paladares de los turistas occidentales. La langosta, explotada de manera excesiva por los restauradores durante los últimos años, es más escasa en la actualidad y su precio ha aumentado mucho.

En Abiyán y en la mayoría de las ciudades es posible comer a precios realmente bajos en múltiples tascas de cocina familiar / casera, concretamente en los llamados maquis par terre, la mayoría de las cuales están regentadas por mujeres. Sin embargo, hay que tener cuidado con la frescura de los platos que se sirven. Existen tabernas de calidad superior, los maquis-ministres, que, en ocasiones, pueden revelarse como auténticas maravillas que harán las delicias de los amantes de la buena gastronomía.

En lo que se refiere a bebidas, podremos probar el banyi, un vino de la sabana que se extrae de la savia de las palmeras, el cual es servido en una pequeña calabaza y tomado de un trago; así como también el dolo, una cerveza que se elabora con mijo o sorgo. El koutoukou es un licor realmente fuerte elaborado con banyi destilado, a consumir con moderación.

Costa de Marfil : ¿ Cuáles son las tradiciones culturales?

Costa de Marfil cuenta en su territorio con unas sesenta etnias (malinké, senufo, lobi, dan, krou, baulé, akan...), todas ellas con ricas costumbres y múltiples ritos iniciáticos. En el plano artístico, estas etnias, en particular los pueblos Dan y Baulé, destacan por la elaboración manual de máscaras y estatuas de una gran y poco común belleza, hasta el punto de ser consideradas como uno de los objetos tradicionales más cotizados del arte africano.

Con la única excepción de los Malinké y los Diula, convertidos al Islam, la mayoría de las etnias practican el animismo, teniendo cada una de ellas sus propios ritos y ceremonias. Este tipo de cultos tradicionales están fuertemente basados en diferentes objetos, espíritus y de ancestros y deidades para captar sus influencias benéficas y alejar a las fuerzas del mal.

Durante tu estancia en Costa de Marfil no puedes faltar a algunas de las muchas ceremonias de iniciación y fiestas rituales en las que se realizan danzas al ritmo de los típicos tam-tams, flautas, balafones (una especie de xilófonos de madera) y calabazas, como por ejemplo, los "ritos del Poro" de la etnia Senufo o la "danza de las Zancudas" de los Yacuba.

Las fiestas tradicionales pueden estar vinculadas a la recolección agrícola (fiesta de los ñames), a la iniciación propia de una edad concreta o con motivo de un funeral, entre otros muchos acontecimientos. Cada etnia posee sus propias tradiciones y, en consecuencia, el calendario de sus fiestas es bastante variable.

En lo que a costumbres se refiere, la organización social de las ciudades en las zonas de la sabana es muy estricta. Cada individuo tiene su lugar en medio de una serie de vínculos familiares y espirituales de cada clan. En el interior de estas células, la solidaridad entre los miembros, la sumisión al jefe y el respeto de los tabúes son reglas absolutas. Asimismo, los visitantes no pueden entrar en los pueblos o aldeas y mucho menos en una casa, sin haber sido invitados por el jefe local, preferiblemente a través de un intermediario o de un guía.

Costa de Marfil  : consejos de viaje

A la hora de planear un viaje a Costa de marfil, la mejor opción es decantarse por un circuito que combine estancias en zonas de interior y algunos días de descanso en la costa. Las posibilidades de los itinerarios varían según en función del tiempo que se disponga.

Para quienes tengan menos tiempo (estancias inferiores a una quincena), el circuito básico es Abiyán-Yamusukro-Korhogo-Odienné-Man-San Pedro-Abiyán. En este caso, no interesará pasar demasiado tiempo en Abiyán y convendrá programar el periplo a través de un tour operador o una agencia local.

Si se dispone de más de quince días, puede ser interesante hacer algún cambio en las etapas mencionadas anteriormente, como por ejemplo, visitar los parques de Abokuamekro y el de Maraué desde Yamusukro, explorar el territorio yacuba, en las cercanías de Man, así como la tierra de los Senufo, en la zona de Korhogo, o las zonas en las que habitan otras etnias como los Malinké, los Lobi o los Baulé.

En cualquier ciudad que el viajero visite podrá encontrar fácilmente guías locales sin necesidad de contratar sus servicios previamente. Lo mejor es solicitar al hotel que te busquen uno que sea serio y competente. A nivel general, el estado de las carreteras y autopistas hace que sea mejor decantarse por contratar los servicios de un chófer.

Para descubrir las atracciones de Abiyán, no hay anda mejor que socializar con los marfileños para quien sean ellos quienes te hagan de guía, o bien contratar los servicios de un guía profesional. A primera vista, la ciudad non parece un lugar demasiado agradable y turístico. De hecho, sin alguien que te sirva de guía y te explique los códigos locales y te de un rodeo por los sitios más tradicionales como el alegre bazar, los mercados y zonas de ocio nocturno, la visita no merece mucho la pena puesto que el partido que le sacará el viajero será muy limitado. A la hora d adentrarte en barrios como Abobo o Yopougon es imperativo ir en compañía de locales.

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