A 150 kilómetros de La Habana, la península de Hicacos se separa de la costa norte de Cuba, entre el estrecho de Florida y la bahía de Cárdenas, para extenderse desde la pequeña ciudad de Varadero, por más de 20 kilómetros de arena fina a orillas de un mar azul intenso (la playa de los Taínos). Dedicada exclusivamente al turismo, sobre todo después de la construcción de un aeropuerto internacional a unos 30 km de Varadero, la península está llena de hoteles edificados a lo largo de una playa bordeada de palmeras. Inundado de sol, el lugar es muy concurrido por los canadienses, pero también por europeos y sudamericanos. Es la estación balnearia más conocida de todas las estaciones cubanas y uno de los lugares más turísticos de la isla. Se pueden pasar las vacaciones según se prefiera, más deportivas o más pausadas, pero festivas en todos los casos. Las grandes distancias que hay que recorrer fuera del hotel obligan a recurrir al alquiler de coches. En julio de 2000, no existía en Cuba el acceso libre a Internet.
A Varadero se viene para holgazanear y para hacer deporte. Posibilidad de practicar buceo, windsurf, catamarán...
Varadero es el destino turístico por excelencia de Cuba. Arena blanca y fina, playas infinitas y un mar azul turquesa son los principales atractivos de la ciudad.
Recuerda ponerte crema solar y gorro tanto si estás en el agua como en la arena.
Se debe evitar hablar mal de Fidel Castro. No hay que tener un comportamiento o decir cosas que puedan incomodar a los cubanos. No se les debe preguntar qué piensan del régimen político, de Castro.
La cocina cubana es bastante pobre y poco diversificada. Pollo y arroz son los principales alimentos de la cocina cubana. En cuanto a las verduras, en la mesa se sirven patatas o plátanos fritos y a veces ñames. Pero hay que probar sobre todo las langostas. Los postres no son nada del otro mundo, se pueden comer helados, sólo de dos sabores, fresa y chocolate.
¡El ron que no falte!