Tres islas-palmera, un puerto deportivo, un planisferio de 10 km mar adentro, un nuevo aeropuerto para finales de 2007, torres de 50 plantas que hacen parecer enanos a los primeros hoteles edificados a lo largo de la playa de Jumeirah... Dubai se crea día a día, una ciudad entera que ya es todo un hecho y cuya construcción empezó (en su parte moderna) a principios de los años 90.
Con todo, una ciudad de gran belleza. Los urbanistas no se han olvidado de los parques (parece imposible con este clima), los paseos peatonales, las zonas comerciales y de ocio. Se navega por el Creek como por el Sena, a bordo de barcos-taxi, los abras, o en butres (los antiguos navíos árabes), o incluso yates para una cena-crucero de unas horas.
En el "viejo Dubai" (correspondiente al barrio de Deira), se puede deambular por el zoco o visitar el museo renovado, si decides viajar a Dubai. Las casas, alrededor, siguen teniendo su torre de viento (un sistema de climatización natural que permite la evacuación del aire caliente). Éstas albergan una galería de arte o habitaciones de huéspedes. Remontando el Creek por la ribera oriental se llega al puerto comercial donde amarran los barcos procedentes de Irán, India o Sri Lanka. Cascos multicolor, montones de cajas en los muelles: una gran parte de lo que se puede encontrar en las calles del zoco tradicional pasa primero por aquí.
Y como Dubai sueña con ser la ciudad de las maravillas, no ha dudado en abrir una estación de esquí. En un centro comercial, donde un hotel, el Kempinski Mall of the Emirates, ofrece "chalets" de una categoría inédita: vista a las pistas por un lado y a la ciudad y al Golfo por el otro. Venecia también forma parte del nuevo Dubai: en un complejo hotelero a un paso del famoso Burj Al Arab. Madinat Jumeirah y sus jardines salpicados de canales, un nuevo resort de lujo que gusta mucho a los occidentales. Y habrá más. Como los clubes de vacaciones, una primicia en este destino que por el momento ofrece hoteles residencia "tranquilos" y generalmente muy elegantes.
Un crucero por el Creek. La manera más económica consiste en negociar con un patrón de barco-taxi (los abras) para alquilar sus servicios y la embarcación durante 30 min a una hora. Los 30 min no deberían costarte más de 50 dirhams. La opción más fastuosa consiste en las cenas-crucero en los dhows (barcos tradicionales de madera) generalmente abiertos al exterior o en yates con aspecto de mini-trasatlánticos (climatizados, pero con un pasillo a lo largo de la cubierta). En estas embarcaciones de alto standing la cena-crucero de 2h30 cuesta unos 250 dirhams.
El desierto. A aproximadamente 1h de carretera, dunas de arena dorada que cambian a tierra de siena por la tarde. Para vivir sensaciones en vehículo todoterreno (el dune bashing) y una barbacoa bajo las estrellas. En Dubai también hay que ver lo que uno menos se espera: una estación de esquí en un centro comercial. Ski Dubai en Mall of the Emirates: 5 pistas, de verde a negra, de 400 metros la más larga. Un descenso de skeleton y otro de ringo sobre nieve. No hace falta entrar en Ski Dubai para ver la estación: se ha practicado una abertura acristalada a pie de pistas. En curso de construcción: chalets con vistas a la nieve por un lado y al mar por el otro.
Reservar. Inversores, arquitectos, diseñadores y simples curiosos, hoy en día todo el mundo viene a Dubai. Los hoteles (incluidos los de alta categoría) revelan índices de ocupación del 95% de octubre a junio. En cuanto a las temperaturas, el clima se sitúa dentro del patrón occidental de principios de abril a mediados de mayo. En verano es un horno: es imposible estar fuera más de cinco minutos, sobre todo porque la humedad ambiental hace que el calor sea aún más insoportable. Enseguida se suda.
Los hoteles sin playa (o sin acceso rápido con un transporte de enlace). Dubai (en el barrio de Jumeirah) aún estará en obras durante varios años. El tráfico es denso y el paisaje urbano (torres de hormigón) no siempre están a la altura de las expectativas. En cambio, en uno de los resort a lo largo de la playa de Jumeirah se diría que estamos en las Maldivas cuando miramos el color de las aguas del Golfo, y en Kuala Lumpur cuando observamos el segundo plano de rascacielos que se erige justo al lado de los hoteles de primera línea.
Dubai es conocida por su gastronomía de todo el mundo. Se pueden degustar todo tipo de cocinas, a excepción quizás de los platos tradicionales árabes, que son más difíciles de encontrar y que será mejor, para un entorno más típico, probarlos en el Sultanato de Omán. Se puede probar, por ejemplo, el buey argentino en La Pachanga, restaurante sudamericano del Hotel Hilton Jumeirah. Saborea las recetas italianas en el marco ad hoc (sala decorada con cojines, horno de barro para cocer el pan) en el Shabestan, restaurante del hotel Intercontinental. Y cena con vistas en el 25th, restaurante de gastronomía francesa del hotel Habtoor. Podrás ver Palm Jumereirah casi como si fueras en un avión.
Tabaco para los fumadores. La tienda de tabaco del duty-free del aeropuerto de Dubai (nuevo aeropuerto inaugurado para finales del 2008) ofrece precios particularmente interesantes: unos 12 USD el cartón de 200 cigarrillos. Cabe decir que una parte del duty-free se encuentra accesible a la llegada. En la zona se pueden encontrar muchos objetos caros para traer (joyas de oro de 22 o de 24 quilates, ropa y accesorios de diseñadores internacionales, perfumes personalizados en frascos de cristal) pero pocos souvenirs a buen precio. Se deben evitar las especias, el incienso y las maderas aromáticas para quemar, que es todo importado. En el centro de Dubai se exponen trabajos de artistas contemporáneos, puedes dejarte tentar por los precios accesibles.