Eslovaquia

Eslovaquia está lejos de ser el pariente pobre de la República Checa. Sus recursos turísticos, a menudo desconocidos, combinan naturaleza e historia. Las principales ciudades de Eslovaquia conservan sus antiguos barrios, los pueblos presentan sorprendentes iglesias de madera, y los paisajes ofrecen decorados suntuosos llenos de altas montañas. Los parques nacionales de los Altos Tatras y el del Paraíso eslovaco ofrecen múltiples posibilidades para realizar excursiones, que permiten a su vez descubrir unas preciosas vistas. En cuanto a las tradiciones eslovacas, se perpetúan en la artesanía y el sentido de la hospitalidad: visita por tanto a esta gente acogedora, en un país en el que el número de turistas es todavía discreto.

En las ciudades y los pequeños pueblos, la importancia de las tradiciones eslovacas y de lo artesano se descubre en el patrimonio bien conservado, los viejos barrios, los castillos o incluso las iglesias de madera, inconfundibles en este país tan hospitalario.