Todo es perfecto para una buena acogida, una capital animada, ciudades costeras, ciudades termales, un subsuelo formando parte del patrimonio de la Unesco (cuevas de Skocjan), naturaleza dónde practicas esquí y senderismo, viejos castillos y museos etc. Para disfrutar de lo típico artesano esloveno, hace falta ir a los museos de las ciudades de Radovljica o de Maribor que acogen hermosos paneles de abejas decorados (panjske koncnice). Para apreciar el campo, se aconseja pasar unos días en una de las 200 granjas turísticas, repartidas en todo el país y dónde la increíble hospitalidad os seducirá.
Podrás adquirir encajes, cestería y artículos de madera. La cerámica negra de Prekmurje es una especialidad local, así como las copias de paneles de abejas, decoradas con motivos folclóricos. Las ciudades de Zlatarna y Celje son famosas por sus joyas de oro. También se pueden encontrar muchos artículos a base de hierro forjado y cristal. Por lo general, los comercios abren de 08:00 a 19:00 entre semana.
La cocina eslovena está compuesta por más de 1.200 platos nacionales, entre ellos un centenar de sopas y numerosos platos elaborados a base de carne de cerdo (svinjina). También existen un centenar de variedades de bolas de queso (struklji), sin olvidar el brazo de gitano, relleno de nueces, uvas pasas y especias (potica), toda una institución nacional. Al oeste, en la provincia de Primorska, se pueden degustar platos tradicionales a base de pescado (riba). Además, en Eslovenia se producen numerosos vinos, tanto tinto como blanco. Para los aficionados, hay que destacar que los viñedos se encuentran en la misma latitud que vinos tan importantes como los de Borgoña y Burdeos, y que la tradición vinícola se remonta a la época romana.
Las posibilidades de alojamiento son muy diversas, desde albergues hasta hoteles de alto standing, pasando por habitaciones de particulares u hoteles de 2 estrellas, con confort simple pero suficiente. El mejor periodo para ir a Eslovenia es a final de primavera (junio) y a principio de otoño (septiembre), pero Ljubljana no hay que descartarla fuera de esas temporadas ya que sus bares y discotecas modernas forman un agradable contraste al clima invernal.