Situada al nordeste de la isla de Mallorca, es uno de los destinos más atractivos de las Islas Baleares por su belleza paisajística y su riqueza cultural y arqueológica. Sus más de 30 kilómetros de costa se reparten entre recónditas calas, escarpados acantilados y hermosas playas. El encanto también le viene del patrimonio, en especial por albergar la ciudad romana de Pollentia, que es el yacimiento arqueológico balear más importante, donde aún se mantienen el teatro o el foro.
La ciudad de «Al-kudia» (sobre la colina), nombre que adoptó durante el dominio árabe, ha sido testigo del paso de diversas civilizaciones gracias a su situación estratégica. Como herencia de este pasado, una muralla medieval y otra de la época renacentista abrazan esta ciudad de coqueto casco histórico peatonal. Además de playas, Alcúdia es un territorio donde se instalan montañas y humedales, siendo la mayor parte de su territorio zona protegida. Es igualmente un gran lugar para practicar deportes náuticos así como senderismo, cicloturismo o golf. El descanso, la buena cocina, un sinfín de servicios y una animada vida nocturna completan la oferta de esta ciudad portuaria.Si te gusta la historia y el arte, pasear por Alcúdia te encantará por la cantidad de vestigios de distintas épocas que aún se conservan. Arte romano, medieval, renacentista, y barroco son algunos de los estilos. El paseo puede ser también en bicicleta ya que el terreno llano lo permite.
El senderismo es una gran idea para conectar con el entorno natural de Alcúdia. Una opción es hacer la excursión hacia la Ermita de la Victoria, la cual permite caminar por senderos junto al mar, ruinas romanas, playas, acantilados así como disfrutar de las vistas al área natural del Cap del Pinar y la Bahía de Pollença. Las familias con niños, además de relajarse en un mar de aguas tranquilas, pueden añadir la emoción al viaje con una jornada en un circuito de karts o en el Hidropark. Este último es un parque acuático que incluye toboganes, piscinas, parques infantiles y un minigolf de 54 hoyos.La ciudad romana de Pollentia, situada en el término municipal de Alcúdia, es uno de los ineludibles en la visita a Alcúdia y a las Islas Baleares en general. Fundada en el siglo I a.C, por el cónsul romano Quinto Cecilio Metelo, conserva aún el teatro, el foro o la portella.
Está rodeada por dos murallas que fueron declaradas monumento histórico-artístico en 1963. Una es medieval, fue diseñada por el rey Jaime II y construida en el siglo XIV. La otra, de estilo renacentista, data del siglo XVII. Se puede pasear por ellas mientras se contempla una hermosa panorámica. Otros lugares interesantes para visitar son la Biblioteca Can Torró, instalada en una casa solariega de estilo renacentista; la Iglesia de San Jaime, donde destaca una capilla de estilo barroco, o el puerto pesquero y deportivo.Durante el viaje a Alcúdia es conveniente alquilar un coche para recorrer cómodamente toda la isla, desde Alcudia hasta el resto de costas, pasando por el interior de Mallorca, ya que es una isla variada y atractiva que bien merece ser recorrida.
Alcúdia ofrece diversas zonas de distinto ambiente. En la costa y partiendo del puerto, se extiende una enorme urbanización de complejos hoteleros, apartamentos, restaurantes y comercios de todo tipo, así como la mayor concentración de discotecas del este de Mallorca.Alcúdia goza de agradables temperaturas durante casi todo el año, por lo que cualquier momento es bueno para visitarla. Eso sí, si el viajero busca animación y fiesta, conviene que se decante por el verano ya que durante los meses fríos reina ante todo la tranquilidad en el municipio. La oferta de ocio durante la época estival es muy variada y tiene la ventaja de conservar la autenticidad del lugar, frente a otras zonas de Baleares o Mallorca.
La Plaza de la Constitución agrupa varios cafés ideales para descansar y tomar un refresco, aunque a la hora de almuerzos y comidas es preferible decantarse por otros lugares de Alcúdia.Alcúdia propone una cocina típicamente balear, es decir, de rasgos netamente mediterráneos y platos elaborados con protagonismo de productos de la tierra y el mar aderezados con aceite de oliva o manteca de cerdo (llamada «saïm»).
Muy típicos como aperitivos son los derivados del cerdo, y en especial la sobrasada, un embutidos crudo curado, elaborado a partir de carne picada seleccionada del cerdo, condimentada con sal, pimentón dulce y pimienta negra. Otros embutidos del cerdo a tener en cuenta en el viaje a son la longaniza, el camaiot o la butifarra. Como plato principal no hay que perderse algunos como el tumbet (láminas de patata, berenjena y pimiento rojo fritos y horneados), el trempó (ensalada de cebolla, pimiento verde y tomate sobre una base de pan), las coques de verdura (como una pizza vegetariana), el conejo con cebolla, el cordero asado o los molls (salmonetes fritos).La mayor parte de los comercios de Alcudia se concentran en el casco urbano, integrado por calles en su mayoría peatonales. Las tiendas son de todo tipo, desde las puramente turísticas hasta las más artesanas, pasando por comercios tradicionales y modernos.
Si el viajero quiere llevarse un producto local, una buena idea es adquirir alguna pieza elaborada en los talleres de la comarca de Pla Mallorca (en el centro de la isla), como objetos de alfarería, ropa de hogar de tela de «llengües» (para toallas o cortinas) o vidrios soplados de colores. Otros productos típicamente mallorquines son las perlas cultivadas de Manacor o cualquier complemento de piel, ya sean zapatos o bolsos de mano. En ambos casos, la calidad está garantizada.