Cada una de las islas del archipiélago balear ofrece un decorado diferente, pero todas ellas parecen estar enmarcadas en una postal de souvenir; desde las Pitiusas, formadas por Ibiza y Formentera (ideales para recorrer en bicicleta), hasta las islas de mayor extensión, Mallorca y Menorca. Las Baleares tienen variados paisajes que van desde las playas de ensueño, hasta las áridas extensiones, pasando por las montañas y las sierras?todo ello forma un conjunto de espacios protegidos que son la morada de gran cantidad de especies autóctonas.
Las baleares suponen un conjunto de costas de muy diferentes características. Los que prefieran las playas que ofertan servicios y actividades encontrarán en Mallorca y Menorca rincones para todos los gustos, mientras que los que busquen caletas apartadas o extensiones de arena solitarias deberán dirigirse a Ibiza o a Formentera. Eso sí, todos los kilómetros de costa de las islas están bendecidos por el sol y refrescados por las cristalinas aguas del Mediterráneo.
La flora y la fauna de las Islas Baleares no son demasiado exuberantes. Mientras que la vegetación es de tipo secano del mediterráneo, con mucho arbusto y árboles frutales, la fauna no es demasiado variada, aunque si bastante característica. Destacan la gran cantidad de aves y lagartos, así como la fauna marina típica de las islas mediterráneas.
Gran cantidad de pintores han sido seducidos por las islas, lo que ha dejado una importante huella en cuanto a galerías y museos, de los cuales se puede disfrutar muchísimo. A medida que se van descubriendo las islas, también se irán conociendo las diferentes facetas artísticas, como la influencia poética, y artesanales de las Baleares, que atrajeron a los hippies en los años sesenta. Un pueblo muy singular, el balear, que hay que descubrir poco a poco.
Para divertirte, tienes donde elegir: acuario en Can Pastilla, Aqualand en El Arenal, Marineland y sus delfines en Portal Nous, sin olvidarnos de la misteriosa House of Katmandou con unos mini campos de golf dignos de Disneyland y un cine dinámico en 4D.
La catedral de Palma, el castillo de Belver, la cartuja de Valldemosa, un elevado número de iglesias y hasta unos baños árabes bien conservados demuestran que a Mallorca no le faltan monumentos de interés.