Cáceres es una de las dos provincias de Extremadura, cuya capital es Mérida. Limita al norte con Salamanca y Ávila, al este con Toledo, al sur con Badajoz y al oeste con Portugal. Es el país vecino una de las mayores fuentes de turismo de la ciudad, a pesar de que en los últimos años el turista nacional ha incrementado su presencia. Cáceres es una ciudad generosa y abierta al mundo. Prueba de ello es el excelente ambiente universitario que se respira en sus calles, gracias a los ocho centros de estudio pertenecientes a la Universidad de Extremadura. Por ello fue elegida una de las cinco mejores ciudades universitarias del país, no solo por el ocio, sino también por la oferta cultural y la capacidad asociativa de los jóvenes que allí residen.
Cáceres se encuentra bien comunicada por carretera y ferrocarril, si bien no cuenta con ningún aeropuerto cercano. La ciudad se sitúa, aproximadamente, a tres horas de Madrid y Lisboa a través de la autopista A-5 y la A-58. Se comunica también con Portugal, a través de Valencia de Alcántara, por la N-521.
Las temperaturas en Cáceres son amables hasta en invierno. La media anual ronda los 16º y las precipitaciones que se producen en otoño e invierno son más bien escasas. La mayor afluencia turística coincide con los meses de otoño y primavera.
Cáceres sorprende no solo por albergar el tercer conjunto monumental de Europa, sino por ser además el escenario ideal de un paseo gastronómico por las excelencias culinarias de Extremadura. Recetas heredadas de las culturas romana, árabe y judía, unidas a la cocina tradicional española, permiten considerar la cacereña como una auténtica cocina de fusión. Así, en la ciudad se puede disfrutar tanto de la gastronomía extremeña más tradicional como de las propuestas más innovadoras, en restaurantes de reconocido prestigio nacional e internacional.
La tierra extremeña nos deja productos de calidad que llenan de sabor y exquisitez los platos con los aromas y sabores del jamón ibérico, los quesos, el pimentón, las cerezas, el aceite de oliva, la ternera, el cordero y el vino. No en vano, Extremadura cuenta con ocho Denominaciones de Origen y dos Indicaciones Geográficas Protegidas.
La capital cacereña, amén de referente para los más finos paladares gracias a su gran despensa natural, se alzó por méritos propios con la Capital Española de la Gastronomía en el año 2015. Razones no le faltan.