Cadaqués es el pueblo de Dalí Situado en el corazón del Cap de Creus, fue una fuente de inspiración inagotable para el más extravagante de los surrealistas. Dalí tenía la costumbre de decir que los Pirineos acababan en un "delirio geológico en el Cap de Creus". El visitante no podrá negar que los contrastes naturales que rodean el pequeño puerto tienen un encanto particular.
En esta pequeña bahía rocosa, las casas blancas del puerto protegidas por la iglesia Santa María han sabido conservar su personalidad. Cadaqués ha atraído a numerosos artistas y, sin duda alguna, ha sido porque el pueblecito alberga varios tesoros arquitectónicos: estilos gótico, art nouveau (por ejemplo la casa Serinyana) o barroco (el retablo de la iglesia Santa María) se conjugan en este rincón aislado del resto de la península.
Dalí y su musa Gala se instalaron en la cala de Port Lligat adyacente a Cadaqués en 1930. En la mayoría de las obras de Dalí se representa la pequeña bahía y su islote. La visita de la casa es obligatoria, te permitirá sumergirte en el universo daliniano y en su intimidad con Gala, pero ten en cuenta que tendrás que reservar la entrada con antelación porque solo pueden entrar 8 personas a la vez. Dalí luchó toda su vida por la protección del parque natural del Cap de Creus, por lo que sumergirse en el universo del artista ofrece una visión particular sobre la región y sus atractivos. Una manera lúdica de conjugar turismo cultural y descubrimiento del entorno natural.
Si vas a viajar a Cadaqués, no olvides visitar la casa museo del artista o el castillo donde vivió.