Situado en la costa suroeste de Mallorca, Camp de Mar es un destino vacacional conocido por su restaurante que se encuentra en una isla accesible desde la playa por un pontón de madera.
El aeropuerto de Palma de Mallorca se encuentra a 35 kilómetros. La playa de Camp de Mar es una cala magnífica con unas impresionantes aguas cristalinas (se ven los peces), rodeada de montañas. El lugar está resguardado de las olas y las corrientes, por lo que en vez de una playa parece un lago. Tiene una zona de juegos para niños, barcas a pedales, duchas, restaurantes y bares. Un puente de madera te permite ir a un islote, donde hay un restaurante. Las tumbonas de plástico y las sombrillas de paja se alquilan por 8 euros al día. Aunque no haya mucho espacio y sea una playa muy frecuentada, el entorno es realmente fantástico por lo que si vas a viajar a Camp de Mar no te arrepentirás.
En octubre, en Santa Ponça se organiza el Oktoberfest (fiesta de la cerveza).
Los amantes de la naturaleza y la tranquilidad tendrán que salir de la zona urbanizada de Palma. Vale la pena visitar la campiña y los pueblos, además de las montañas en el oeste y las calas, bien conservadas de color turquesa situadas al este. Una red de autobuses comunica regularmente las estaciones de la costa con Palma, pero el coche sigue siendo el mejor medio para descubrir la isla.
Podrás probar el tumbet, una especie de lasaña de patatas y de berenjenas, con una salsa de tomate y pimiento.
Mucha artesanía mallorquina. Además de las famosas perlas de Manacor, conocidas en todo el mundo, aún se fabrica cristal según las técnicas tradicionales, además de cerámica. Podrás llevarte también tapices, bolsos de cuero reposado, objetos de hierro forjado, de cobre, de madera de olivo, además de licores de hierbas.