Hablar de paisajes en Cantabria es hablar de contrastes, desde los variados litorales, al interior cargado de escenarios de ensueño. Las montañas y los valles son innumerables, un sinfín de opciones con un hermoso y verde decorado.
Cantabria cuenta con una biodiversidad muy característica del norte de España, con un clima atlántico y algunos microclimas mediterráneos. Destacan algunos animales protegidos, como el oso y el lobo, así como una rica variedad florística, todo enmarcado en unos escenarios idílicos que sirven de morada a las diferentes especies que pueblan estas tierras.
El arte y la cultura cántabras tienen dos ejes fundamentales: la particularidad de sus formas de vida tradicionales, caracterizadas por el pastoreo y otros modus vivendi tradicionales, y la huella dejada por las diferentes culturas que han habitado estas maravillosas tierras, desde el paleolítico hasta el S.XX, pasando por el Imperio Romano y el legado medieval.
La costa cántabra mezcla largas extensiones de acantilados rocosos, donde el mar arremete contra las imponentes paredes, con espacios aptos para el baño, el deporte y las actividades acuáticas. Un litoral dominado por playas de arena blanca que se protegen de la furia del Mar Cantábrico mediante las formaciones de la costa e impresionantes acantilados.
