En Castilla-La Mancha se distinguen dos tipos de paisajes claramente diferenciados: la Meseta, una gran llanura donde el relieve sobresaliente son los Montes de Toledo, y el Sistema Central, que se encuentra al norte de Guadalajara. Sin duda el paisaje más típico es el de la llanura poblada de molinos, además de campos de vides y olivos en el sur de la región.
Castilla-La Mancha atesora un importante patrimonio cultural que incluye desde pueblos de pintoresca belleza rural hasta interesantes museos, pasando por los míticos paisajes descritos en las páginas de «El Quijote».
Es una de las regiones más secas del país si bien cuenta con una particular y atractiva naturaleza. La vegetación es fundamentalmente esteparia y cuento a la fauna destaca la riqueza cinegética.