La ciudad de Cuenca, se reconoce fácilmente por sus Casas Colgadas, convertidas en el símbolo de la ciudad, que sobresalen al abrupto barranco de Huécar. Callejuelas, plazas y cuevas forman el centro de esta antigua ciudad, declarada patrimonio histórico por la UNESCO.
La ciudad pasó por el dominio de diferentes pueblos a lo largo de la historia. Por este motivo, en ella se conserva una pequeña parte de la muralla árabe, así como de la fortaleza cristiana. El Castillo se encuentra en lo alto de la ciudad y apenas quedan dos construcciones cúbicas, además de restos de la muralla y el Arco Bezudo.
La catedral es uno de los monumentos más importantes de Cuenca. Construída a finales de siglo XII y completada a lo largo de diferentes siglos, es un claro ejemplo de los tipos de arte de cada época. Desde lo alto de la Torre de Mangana, único vestigio de una fortaleza árabe, pueden apreciarse las bonitas vistas a la ciudad, que sin duda es uno de los atractivos de Castilla la Mancha.
En Cuenca hay numerosos museos y galerías de arte. Destacan el Museo de Arte Abstracto Español, que exhibe de forma permanente una colección de esculturas y pinturas de artistas españoles pertenecientes a los años 50 y 60; y la Fundación Antonio Pérez, donde esculturas y cuadros se complementan con una colección de objetos encontrados.
A una hora en coche de Cuenca podremos visitar Villar de Humo, para contemplar las pinturas rupestres que allí se encuentran, declaradas Patrimonio de la Humanidad. Las pinturas de Selva Pascuala, que han perdurado durante siglos en este lugar, fueron escogidas como las más representativas del Arte Rupestre Levantino.
Las Casas Colgadas son, sin duda, el emblema de esta capital de provincia manchega. No se conoce con exactitud su orígen (algunos historiadores afirman su orígen medieval, mientras que otros defienden que datan de la época musulmana) y fueron restauradas en el siglo XX. En dos de ellas podrás visitar el Museo de Arte Abstracto Español.
Son varios los platos destacados de la cocina conquense: el ajoarriero es una especie de paté formado por patatas, huevos cocidos, bacalao y pan rallado. Todo esto bien batido con una pizca de ajo y aceite de oliva. Otro paté de la zona es el morteruelo que se come sin untar debido a su grosor.
El gazpacho pastor o serrano tiene la apariencia de una tortilla de patata, aunque su composición es diferente ya que, a la base de dicho tubérculo se le añaden unas tortas de cenceña, a las que, a su vez, se añade carne de liebre y gallina, muy picada. El moje es un plato frío o ensalada, con una base de tomate en conserva a la que se le añaden trozos de pimiento verde y morrón, cebolla, huevo cocido, migas de atún y aceitunas negras, todo bien aliñado con buen aceite.
No podemos olvidar el alajú, conocido por muchos como el rey de la repostería conquense. De origen árabe, es una pasta de miel y almendras con pan rallado, cortada en redondo y cubierta por dos obleas que le dan una apariencia de torta.
En Cuenca se celebra la Feria Provincial de Artesanía, donde pueden encontrarse productos como cerámica y alfarería, cuero, madera, textil, vidrio, joyería, metal, constructores de instrumentos musicales, encuadernación, grabados, etc.