Simplemente por visitar su capital, Santiago de Compostela, destino final de los peregrinos del famoso Camino de Santiago, vale la pena visitar esta comunidad. Te encantará la combinación de frondosos valles e impresionantes playas. Galicia es tierra de acantilados como los de A Costa da Morte o el Parque Nacional de las Islas Atlánticas en su litoral. El abanico de posibilidades es tan amplio que podrás escoger entre pueblos marineros, de interior o ciudades como Santiago de Compostela, A Coruña, Ferrol, Lugo, Orense, Pontevedra o Vigo. Galicia tiene monumentos formando parte del Patrimonio de la Humanidad por la Unesco como la Torre de Hércules o las Murallas de Lugo que te encantarán. Si por otro lado prefieres relajarte, Galicia es una tierra en la que hay numerosos balnearios y manantiales de agua caliente al aire libre. Para practicar deporte, siempre puedes ir a los campos de golf o estaciones náuticas.
Para disfrutar de Galicia, lo mejor es hacerlo a tu ritmo. Para eso hay varias rutas y opciones. Esta comunidad ofrece experiencias inolvidables como vivir una jornada mariñeira en un auténtico barco de pesca, pasear entre viñedos y disfrutar de los vinos gallegos, sumergirse en una ruta de pazos y jardines señoriales o descubrir la magia eterna del Camino de Santiago.
La comunidad de Galicia tiene un idioma particular, el gallego. Se trata de una lengua del subgrupo galaico-portugués, estrechamente relacionado con el idioma portugués. También existen variedades de la lengua gallega. Está definida como su idioma propio y tiene carácter de cooficialidad junto al castellano en virtud de Estatuto de Autonomía de Galicia en dicha región.
A Coruña y Vigo son las capitales por excelencia de las compras en la comunidad, especialmente si se trata de ropa y complementos. Desde exclusivas marcas a aquellas de modestos diseñadores se pueden encontrar en A Coruña, una ciudad comparable a París o Milán en cuanto a moda se refiere. Es de hecho en la provincia de A Coruña donde está ubicado el gran imperio de Inditex, grupo al que pertenece Zara, Stradivarius, Berska, etc., y es así una zona que vive para y por la moda, ya que una importante parte de la población trabaja en ésta u otras industrias textiles. Pero Galicia ofrece mucho más en compras. Uno de los mejores lugares para adquirir productos típicos de la zona son los mercadillos, donde se pueden encontrar tanto alimentos tradicionales (vinos, quesos, embutidos) como objetos de cerámica de Sargadelos (un recuerdo clásico de Galicia).
En esta tierra de mar, el marisco y los pescados son dos de los grandes tesoros culinarios. Pulpo a la gallega, mejillones, percebes, vieiras, langostas y ostras son algunos ejemplos. La langosta, preferiblemente de la zona de Bayona, y los mejillones de la ría de Vigo sorprenderán a cualquiera. Si nos encontramos en Vigo, no debemos perdernos el mercado de La Piedra, donde las agradables pescaderas viguesas nos ofrecen las ostras más frescas para tomar en el momento en una calle muy céntrica de la ciudad, plagada de turistas. El lacón con grelos es otro clásico de esta gastronomía, además del queso de tetilla, la empanada, los pimientos de padrón, etc. Para maridar estos platos nada mejor que un Ribeiro o un Albariño) (este último nombre corresponde a la variedad típica de la DO Rías Baixas). Por supuesto, el mejor colofón de la comida es la queimada, una fuerte bebida alcohólica (orujo) que según la tradición debe tomarse tras pronunciar el conjuro que protege contra maleficios y ayuda a mantener alejados a los malos espíritus.
La música popular por excelencia de Galicia es la que emiten las dulces gaitas, herencia de los celtas. Este tradicional instrumento invita a gallegos y foráneos a bailar la muñeira, junto a otros sonidos de tamboriles, panderetas y panderos. La figura de la meiga está muy arraigada en la tradición popular, y se diferencia de la bruja en que esta última actúa siempre con maldad. En numerosos pueblos de la región se siguen celebrando ceremonias que simbolizan los famosos aquelarres, antiguas reuniones de brujas. Y es que en Galicia, en general, ha existido desde siempre una fascinación por el feugo y la superstición. Asimismo es la tierra de canteiros, cesteiros y oleiros.
Galicia es un gran destino para los amantes del turismo rural y de los verdes paisajes, y para aquellos que quieran conocer las formas de vida de antaño. Numerosas aldeas gallegas mantienen antiguas costumbres sin haber incorporado en su día a día tecnologías ni hábitos propios de nuestro tiempo. Esto, no obstante, sucede en un pequeño reducto de pueblos, ya que las grandes ciudades de la región pueden presumir tanto de servicios como de calidad de vida. Al viajar por el interior de Galicia, la mejor idea es coger el coche: los trenes regionales hacen paradas constantemente y las carreteras no son las más seguras para viajar en autobús. Aun así, en nuestro propio coche iremos con cuidado, tanto por el estado de las carreteras (algunas son muy antiguas) como por la señalización (que a veces brilla por su ausencia). Si por casualidad nos perdemos posiblemente nos encontremos con algún habitante local que podrá orientarnos al estilo gallego: «puede que sea a la izquierda o puede que sea a la derecha»