Con tan solo dar un paseo por las calles de Jerez de la Frontera, el viajero podrá constatar cueles son las dos grandes señas de identidad de este municipio andaluz: el vino y los caballos. Sus símbolos como las barricas o las calesas están presentes casi a lo largo de todos sus dominios. Por ello, la visita de algunas de sus aclamadas bodegas es una actividad casi obligatoria que no puede faltar en la hoja de ruta del viajero. Sin duda, la más famosa de cuentas hay en la ciudad es la de Tío Pepe, cuya veleta gigante ostenta el récord Guinness como la mayor veleta del mundo.
Si sientes curiosidad o interés por el mundo de los caballos, has de saber que Jerez de la Frontera es la meca de la hípica española. Acudir a uno de los múltiples espectáculos ecuestres organizados en la Real Escuela Andaluza del Arte Ecuestre y la Yeguada Hierro del Bocado te permitirá disfrutar de una experiencia sinigual observar los mejores ejercicios de adiestramiento de caballos andaluces.
Mientras paseas por las calles del centro de la ciudad, declarado como Conjunto Monumental Histórico-Artístico, con sus pintorescas murallas de la época musulmana y naranjos, descubrirás iglesias, palacios y edificios singulares, así como plazas sombreadas en las que da gusto disfrutar de unas tapas acompañadas con un buen vinito de Jerez. El centro de la ciudad es también rico en museos y espacios culturales temáticos dedicados al mundo de la tauromaquia, el caballo, el flamenco, y como no, el vino.
Por otro lado, Jerez también se caracteriza por sus largas avenidas flanqueadas por palmeras en las que se concentran los hoteles de lujo de la ciudad, y los parques, en los que tiene lugar una de las ferias más populares del país. Entre las actividades familiares más apetecibles que puede realizarse en Jerez de la Frontera, la visita al Zoobotánico, un lugar excepcional con una de las colecciones zoológicas más completas del país. Si prefieres el turismo activo y rural, sal de excursión por una de las diferentes rutas que atraviesan los parques naturales que rodean la ciudad. Entre ellas está la Ruta de los Pueblos Blancos, la Ruta del Toro y la Ruta Atlántica.
Asiste a un espectáculo de flamenco en La Taberna Flamenca del barrio gitano de Santiago, acude al espectáculo de caballos andaluces de la Real Escuela Andaluza del Arte Ecuestre, o visita una bodega de vino. Durante la temporada de Fórmula 1 y Motociclismo de Velocidad, el circuito de Jerez acoge a los mejores pilotos del plantea, por lo que si te apasiona el mundo del motor, tendrás una oportunidad única de disfrutar de sus habilidades a los mandos de sus veloces vehículos en primera persona durante el Gran Premio de España. De igual manera, si sientes devoción por el mundo de la enología o simplemente te apetece catar algunos de los excelentes vinos de la tierra, no dudes en realizar una visita por algunas de sus emblemáticas bodegas como las de la conocida marca Tío Pepe.
Visita la Real Escuela Andaluza del Arte Ecuestre, situada en un magnífico edificio diseñado por Charles Garnier y que incluye un palacio, un museo del arte ecuestre, un museo del enganche, las cuadras, unos hermosos jardines botánicos y la sala de espectáculos en la que admirar los caballos andaluces.
Jerez de la Frontera está en el interior, a unos 20 km de la costa. Por lo tanto, no hay playas cerca y el tiempo es mucho más caluroso que en la costa.
En verano, la temperatura supera los 40 °C. Durante Semana Santa, es casi imposible circular a pie por el centro de Jerez de la Frontera.
Sus vinos, brandis y vinagres cuentan con una DOC (denominación de origen controlada): Jerez (en España) Xerès (en Francia) y Sherry (en el Reino Unido), no importa cómo lo llames, se trata de un vino regional único. Los más conocidos son el fino y la manzanilla. Se usa para acompañar carnes, pescados de playa, guisos tradicionales o tapas, y para preparar un plato a la jerezana basta con añadir unas gotas de fino, amontillado, oloroso o Pedro Ximénez. Jerez de la frontera es una ciudad con una fuerte tradición culinaria orientada al mundo del tapeo, siendo los chicharrones, el puchero, la cola de toro, el ajo caliente, riñones al jerez, el gazpacho andaluz, la berza jerezana, las tagarninas y los alcauciles al jerez algunos de sus platos y platillos más típicos a degustar con un buen vinito local.
Una botella de fino con DOC de Jerez, un abanico, castañuelas, figuritas de bailaores, recuerdos taurinos.