Estos dos emblemas de la ciudad de Madrid, entre otros como el Oso y el Madroño o la Puerta del Sol, son referencia de visita obligada para conocer un poco más la ciudad, su historia y su cultura.

La Puerta de Alcalá, que se encuentra en la Plaza de la Independencia y cerca del Parque del Retiro, es una imponente muestra de arte neoclásico, que se enorgullece, como símbolo de la ciudad, de sus cinco arcadas y de haber visto pasar el tiempo y los acontecimientos desde el S.XVIII. No obstante, y a pesar de estar erigido desde 1778, la Puerta de Alcalá actual, fue construida sobre una que ya existía desde siglos anteriores, y que tomó su nombre al hacer las veces de puerta de entrada al camino que llevaba a Alcalá de Henares. Aún no se había acabado de construir la puerta, cuando ya se iniciaban las obras de otro monumento característico de Madrid, La Cibeles. No menos importante en cuanto a representatividad de la ciudad, la Cibeles es una fuente emblemática situada entre el Paseo del Prado y el Paseo de Recoletos, en la plaza que lleva el mismo nombre que la fuente. El monumento, construido en marmol, representa a la diosa Cibeles, símbolo clásico de la fecundidad, la tierra y la agricultura, tirada en carro por dos leones. La diosa bañada en aguas de la fuente, que ha sobrevivido a los desperfectos provocados durante diferentes momentos de la historia, se ha convertido en símbolo único de la ciudad y, actualmente, de la afición del Real Madrid.