Con la cima del Tozal de Guara como telón de fondo, la sierra es un paraíso para aquellos que les gusten las actividades relacionadas con los barrancos, valles, gargantas? especialmente para barranquistas o aficionados. No obstante, se pueden realizar todo tipo de prácticas y observación de la naturaleza? gracias al microclima que se genera en esta zona pre-pirenaica. Carrascas, hayas, almendros, olivos, y arbustos y matorrales de todo tipo son el habita de una fauna marcadamente oscense. Aunque, las reinas de la fiesta son las aves, especialmente las rapaces y rupícolas, que tienen su máximo exponente en el Quebrantahuesos, un auténtico símbolo en la zona (recomendamos visitar los Centros de Interpretación, como el de los buitres de Santa Cilia, de agradable trato, o el de Bierge, más extenso). Su orografía, a caballo entre los pirineos y el valle del Ebro, permite la formación de dos marcados climas, el mediterráneo y el atlántico, que hacen variar la vegetación a lo largo de los ríos que la atraviesan formando cañones como el Mascún o el Vero. La zona alberga simas, grutas y barrancos ideales para el descenso en pleno contacto con la más viva naturaleza, como el barranco de Formiga. Los preciosos escenarios se completan con la contextualización que se puede hacer en los diferentes centros de interpretación de fauna, flora, cultura, leyendas y etnográficos y la visita a los míticos pueblos que coronan esta sierra, desde la típica localidad de Colungo hasta la soberbia Alquézar. Además, la zona cuenta con muchos productos típicos como los quesos de Radiquero, los vinos con DOC Somontano o los licores de Colungo.