La ciudad de Toledo está situada junto al río Tajo y es, a su vez, la capital de Castilla-La Mancha. Se trata de una antigua colonia romana convertida en el centro de los reinados visigodos y residencia de árabes, judíos y cristianos durante la Edad Media.
Si viajas a Toledo podrás encontrar numerosos monumentos históricos y religiosos, como por ejemplo la Catedral de estilo gótico: cuenta con un retablo de gran belleza en el que se representan episodios de la vida de Cristo y que están decorados en su altar mayor. En la sacristía se pueden observar cuadros de El Greco, Tiziano, Van Dyck y Goya. Para los amantes de El Greco es imprescindible visitar el «El entierro del señor de Orgaz» en la iglesia de Santo Tomé.
La ciudad de Toledo se encuentra en lo alto de un promontorio de granito rodeado por el río Tajo que a su vez la aísla por el sur, este y oeste. Es una ciudad histórica que forma parte de la Lista Oficial de los Bienes Patrimonio de la Humanidad desde 1986. Sus valores paisajísticos, su entorno geográfico, los Cigarrales y sus miradores entre otras cosas la hacen merecedora de este título.
Para poder disfrutar al máximo de las tradiciones y costumbres toledanas, es una buena opción visitarla durante sus fiestas. Algunas de ellas se celebran desde hace siglos como la festividad religiosa del Corpus Christi, declarada Interés Turístico Internacional. En primavera también podemos disfrutar de la Semana Santa, celebrada en todo el país.
Las dos únicas sinagogas que permanecen en pie actualmente inducen a llamar el barrio donde se encuentran, la Judería, donde se supone hubo mayor concentración de la población hebrea, aunque en realidad en la ciudad llegó a haber un total de diez sinagogas repartidas por todo su emplazamiento.
Su límite sería la desaparecida parroquia de San Martín en las proximidades de la Puerta del Cambrón y los restos de construcciones defensivas por encima del Puente de San Martín, llamadas tradicionalmente el Castillo de los Judíos, siguiendo la línea ascendente casi recta de la calle del Ángel. Aquí podemos encontrar la Puerta del Judío del siglo XII al inicio de la cual existen casas con restos de las mikves, baños rituales, en sus sótanos. También la zona de la calle de Comercio y el solar ocupado desde el siglo XIV por el claustro catedralicio era conocida como la Judería o Alcanáa.
El comercio era una de las actividades principales de los judíos, que vivían encima de sus tiendas y talleres. No se puede descartar que no hubiera judíos en la calle de la Plata, pues eran reconocidos plateros, o en cualquier otra parte de la ciudad.
La noche es un momento ideal para visitar Toledo, la iluminación artística de los lugares más destacados de la ciudad hará que la veas de una forma completamente distinta. La Catedral, el Ayuntamiento, el Alcázar, la Mezquita de Cristo de la Luz, la Puerta de Bisagra, Murallas o el Convento de San Gil cambian su cara cuando se pone el sol.
Desde el año 2004, la ciudad dispone de unas rutas organizadas para conocer diversos yacimientos arqueológicos, restos arquitectónicos y monumentos recuperados, muchos de ellos caídos en el olvido o no pudiendo ser visitados por su estado de deterioro y abandono. Con su recuperación se persigue el objetivo de conectar a los ciudadanos con su Patrimonio Cultural y ofrecer además al visitante y turista, una mayor oferta de puntos de interés a tener en cuenta en su recorrido por la ciudad. Todos los inmuebles presentan construcciones o recursos de otras épocas, elementos de diferentes tipos que desempeñaban funciones distintas en cada uno de os momentos de la Historia en los que fueron habitados o utilizados.
La comida tradicional toledana consiste especialmente en la caza y la matanza: existen una gran variedad de guisos de perdiz, en escabeche o estofada entre otros. Otro plato conocido en la ciudad son las carcamusas, y sus combinaciones con el conejo: al ajillo, a la cazadora, carbonero, tojunto o con arroz. En cuanto a postres, es imprescindible mencionar el tan reconocido mazapán de Toledo.
La calidad de la cocina de Toledo es tal que, en 2016, la ciudad tuvo el honor de ser la Capital Gastronómica del país, un evento organizado por la Federación Española de Hostelería (FEHR) y la Federación Española de Periodistas y Escritores de Turismo (FEPET).
Una de las opciones más atractivas para disfrutar de otra manera de nuestra ciudad es ir de compras. El centro histórico de Toledo está repleto de tiendas tradicionales con recuerdos y productos típicos. Destacan las especializadas en el trabajo artesano ancestral que da renombre a Toledo en todo el mundo desde hace cientos de años como son el damasquinado y la espadería, sobre todo, y en menor medida, la cerámica, el forjado o la madera. Las mejores espadas de los siglos XVI y XVII eran de Toledo, a cuyo río, el Tajo, se le atribuían propiedades casi milagrosas para darle calidad a sus hojas. Otra de las artes tradicionales que se unen al nombre de Toledo es el damasquinado, una técnica que consiste en dibujos de formas en metales o dibujos incrustando hilos dorados o plata hacia dentro.