Ya sea por el clima o por los numerosos bloques que han crecido como setas a lo largo de toda la costa, Torremolinos es uno de los símbolos del turismo de la Costa del Sol. Este antiguo puerto pesquero, que depende de la provincia de Málaga, se convirtió en lugar de veraneo cuando artistas e intelectuales se interesaron por el mismo durante los años 50. Actualmente quedan pocos restos de aquella época pasada.
Este destino, muy apreciado por belgas y alemanes, está situado a tan sólo 6 km del aeropuerto de Málaga. Y a penas a un cuarto de hora, se puede chapotear en el agua y descansar cómodamente en las playas inmensas bañadas por el sol andaluz, ya sea en el mismo Torremolinos, en Benalmádena Costa o en Mijas Costa.
Los 7 km de playas de Torremolinos están protegidas de los vientos del norte por la sierra que forman las montañas de Mijas. El paseo que bordea la costa te llevará hasta la Carihuela y sus restaurantes de pescaíto frito. Todo a lo largo de la playa, justo antes de Benalmádena Costa, el Paseo marítimo es un buen ejemplo arquitectónico: este puerto deportivo, construido recientemente, ha sabido combinar la modernidad con la tradición andaluza. Aquí se concentran la mayoría de bares de tapas, restaurantes y discotecas de la zona. Es un lugar ideal para vivir los placeres de la noche española. A continuación encontrarás todas las informaciones prácticas para preparar tu viaje a Torremolinos, y rendirte a los soleados encantos de esta popular localidad costera.
El club de golf de San Pedro de Alcántara, los deportes náuticos: vela, esquí náutico, canoa, buceo, pesca de altura. Si estás por la zona el 16 de julio y el 29 de septiembre, no te pierdas las ferias anuales de Torremolinos, toda la ciudad se llena de flores. ¡Y de fiesta!
Además de los vestigios del antiguo pueblo de pescadores que en otra época fue Torremolinos, tómate tu tiempo para visitar Málaga, la capital de la provincia, y los pueblos pintorescos como el de Mijas. Éste último está formado por casas blancas encaladas, rejas llenas de flores, una iglesia barroca y un pequeño museo. Una bonita etapa para variar del hormigón de la costa.
Y es que un auténtico descubrimiento de Andalucía no se concibe sin la visita de las pequeñas joyas que son Sevilla, Córdoba, Granada y Málaga.
Desde luego, es agradable degustar las especialidades andaluzas con los pies en la arena a orillas del mar. Pero cabe decir que los restaurantes del paseo marítimo a menudo son más caros que los pequeños establecimientos en las partes altas de la ciudad. Opta por alguno de ellos en alguna de las callejuelas poco concurridas.
Además de las tapas y platos tradicionales, las sopas, frías o calientes, aparecen en todos los menús. Se pueden encontrar numerosos pequeños restaurantes especialistas en pescado y marisco. Sepias, calamares (fritos o en ensalada) y salmonetes son los más frecuentes. También hay buenos platos de verduras y hortalizas. En resumen, hay donde elegir.
Entre las habilidades se distinguen la alfarería, la ebanistería, la talla de mármol, el hierro forjado, las almohadillas y la tapicería mural.