Vic

Los aficionados de la historia tienen que visitar Vic, uno de los bastiones de la época romana catalana. Antaño capital regional, hoy día es la embajadora del deseo de independencia de la región. En cada balcón y en cada ventana verás ondeando las banderas reivindicativas, dependientes de una ciudad con un patrimonio desarrollado. Si vas a viajar a Vic, te no dejes de pasear por la plaza central, la Plaza Mayor, recubierta de arena, rodeada por pequeños edificios típicos y almenados. La ciudad ha sabido convertirse en uno de los municipios emblemáticos de la región gracias, en parte, a su magnífica catedral romana. Desde el siglo XI presenta a sus visitantes unas piezas originales así como varias pinturas que valen la pena.
En paralelo a una arquitectura que reserva unas gratas sorpresas, la población es anfitriona de un tentador patrimonio gastronómico. De hecho, la periferia de la ciudad alberga mucho ganado porcino, lo que facilita en gran medida el abastecimiento de embutido. Así lo demuestran los múltiples restaurantes repartidos por las callejuelas medievales que proponen especialidades regionales.

Durante tu recorrido por Vic no puedes dejar a un lado lugares tan emblemáticos como el Palau Episcopal, la Plaza Mayor, el templo romano, el convento de Sant Domènech y la iglesia de la Pietat. Además, por esta zona se encuentra el Parador de Turismo de Vic-Sau, que ofrece una panorámicas espléndidas para detenerse y admirar. A ello se suma que se encuentra rodeado de bosques, que han crecido frondosos gracias a las aguas del pantano de Sau. Y no olvides que cuando te dirijas a estos bosques, podrás disfrutar de un placentero lugar de descanso, silencio y reflexión. Otro lugar imperdible es el monasterio de Sant Pere de Casserres, del siglo XI y, por último, el Camino de los Pirineos y la Zona Volcánica de la Garrotxa, que fue declarada Parque Natural.

Algunos de los lugares que no pueden faltar en tu visita a Vic son el Templo Romano (s. II), reconstruido en el siglo XIX, el templo catedralicio, que es de origen románico (s. XI) y que conserva su torre-campanario y su cripta originales. La Catedral (s. XVIII-XIX) es sin duda el principal lugar que tendrás que ver, pues conserva una estética neoclásica, aunque en su claustro se pueden ver rastros de la época medieval. odavía quedan vestigios del Palacio Episcopal del siglo XII en el edificio del XVII; curiosa la galería de retratos de los titulares de la diócesis en la Sala de Sínodos. Y si te quedara disponible más tiempo para adentrarte más en Vic, no dudes en asistir al Museo Episcopal de Vic, uno de los más importantes y antiguos de España, pues en su colección se encuentran varias obras maestras de la escultura y la pintura medieval.

Las comidas típicas de Cataluña podrás degustarlas en las fiestas y celebraciones de la ciudad, como el Carnaval, el Domingo de Ramos (Processó dels Armats), la Semana Santa, el Festival de Jazz (mayo), la Feria de la Montaña (principios de noviembre) y el Mercado Medieval (diciembre, Puente de la Constitución).

Algunas artesanías hechas directamente por las manos de los lugareños querrán reposar en la sala de tu casa, para recordar por siempre tu visita a Vic.