Alaska es el 49º de los 50 estados estadounidenses. Así como el más grande por su superficie. Su situación, encaramado en el extremo oeste del continente, hace que tenga un clima rudo a lo largo de todo el año. Los turistas que viajan a Alaska suelen ir en busca de naturaleza y tranquilidad. Debido a su ubicación alejada, el entorno siempre se conservó y la industrialización tardó en llegar a estas latitudes. No obstante, Alaska vivió un importante desarrollo, especialmente gracias a los recursos del subsuelo, aunque continúa siendo una tierra mayoritariamente virgen en la que habitan animales capaces de vivir en condiciones difíciles. Un viaje a Alaska es una experiencia única que no te puedes perder.
Toda la artesanía de Alaska se basa en el saber hacer de los esquimales y los indios. Te puedes llevar de recuerdo máscaras de tribus, esculturas de marfil o tótems. Estos objetos se esculpen en madera o en colmillos de morsa recogidos de las playas. Una buena opción también es el Qiviut, una lana de buey almizclero tejida a mano famosa, por ser una de las mejores del mundo. Lo comprobarás al ver la etiqueta: ¡100 gramos de lana cuestan unos 3000 dólares!
Pero también tienes que tener cuidado porque, en las tiendas de recuerdos de Alaska, muchos objetos son "made in Taiwan". así que cuidado. Los objetos 100% locales tienen una inscripción con una mano de plata que pone "Native handicraft". Pero no te preocupes, al fin y al cabo identificarás lo que es verdadero o falso por el precio.
Por último, los horarios de los comercios son bastante flexibles. Muchos supermercados abren todos los días de 9:00 a 22:00 h. Los bancos y las oficinas de correos tienen horarios más convencionales.
La pesca es una de las actividades principales de Alaska. La gastronomía local está sumamente influenciada por los productos del mar. El salmón y el fletán son platos típicos. Las mariscadas suelen estar compuestas de cangrejos y gambas. También se consumen varios platos de caza. Los perritos calientes de salchicha de reno merecen una mención especial. Aparte de estas especialidades, la cocina no es muy diferente a la de Estados Unidos. Aquí también encontrarás hamburguesas gigantes.
Debido a la dureza del clima, el primer consejo que te damos es que visites Alaska entre mayo y septiembre. En esta época las temperaturas son más suaves, aunque siempre puede llover o nevar. El resto del año, las temperaturas rozan los -30º C.
Es una región bien conservada donde la naturaleza es dueña y señora del lugar. No es el fin del mundo, pero tampoco abundan los supermercados, así que es mejor prever todo lo necesario para el viaje.
Una precaución adicional válida para todos los viajes: tener fotocopias del pasaporte y de las fotografías de identidad te resultará muy útil en caso de que pierdas estos documentos.