Las tierras anaranjadas y rojizas de Arizona y de Utah, los colores del arcoíris del Parque de Yellowstone, los paisajes verdes de la cadena de las Cascadas y el desierto de arena blanca de Nuevo México, los viajeros quedarán maravillados ante la paleta de colores del oeste de Estados Unidos. De la frontera de Canadá hasta la de México, los aires de grandeza invaden a los visitantes que recorren la ruta 66 que atraviesa el Gran Cañón o los monolitos del Monument Valley. Estos estados poco poblados están llenos de maravillas naturales y atraen a muchos turistas. Una estancia en el oeste de Estados Unidos a menudo pasa por Seattle, una ciudad moderna y desbordante de energía con la torre Space Needle y el monte Rainier como telón de fondo.
Los shopaholic o adictos a las compras podrán visitar los centros comerciales del oeste de Estados Unidos. En Seattle se encuentra el Westfield Southcenter mall, el U-Village, un centro comercial al aire libre, o el North Bend Outlet donde los compradores encontrarán de todo, desde las tiendas más de moda a las más clásicas. El mercado de Pike Place, también en Seattle, se encuentra en Elliott Bay, en un barrio histórico, antiguamente un mercado agrícola que existe desde 1907. En la actualidad se pueden encontrar muchos productos frescos y artesanía local elaborada a mano. En Newport se puede pasear por el barrio a orillas del mar, Bayfront, para admirar las galerías de arte y la multitud de tiendas de recuerdos. La mayoría de los lugares turísticos como el Gran Cañón tienen tiendas de recuerdos en su visitor centre, o centro de visitantes, donde los turistas podrán comprar cualquier objeto que demuestre su paso por los monumentos nacionales del oeste.
Los amantes de las hamburguesas podrán degustar su comida preferida en cualquier restaurante, igual que en el resto de Estados Unidos. Los food courts (patios de comida) son típicos del país, unas salas abiertas con varios restaurantes de comida diferente. El brunch es también una tradición muy extendida en el país para los que se despierten tarde los domingos. En la costa del Pacífico se puede comer mucho marisco, sopas de pescado en Newport, en el agradable barrio de Bayfront y crab cakes (pasteles de cangrejo) en Seattle. Si viajas a Seattle en invierno puedes tomarte una bebida caliente en el primer café que abrió la cadena Starbucks y en verano, probar los frozen yoghurts, literalmente yogures helados, mientras te paseas por las calles del centro de la ciudad. La cocina de Nuevo México es bastante original con platos a base de judías y pimientos que dejan patente la influencia de las culturas hispánicas cercanas. El Caldillo, un ragú de pimiento verde, es delicioso. Y si lo que quieres es un cambio de aires total, recomendamos ir a Wyoming y comer un bistec de bisonte codo a codo con los locales.
La mejor temporada para visitar la cadena de las Cascadas es en otoño, cuando los bosques se tiñen de amarillo y naranja y los suelos se cubren de hojas. El período estival es ideal para visitar los estados de Washington, Oregón y Idaho. A Arizona, Utah y Nevada se puede ir todo el año, aunque es mejor evitar las mesetas y montañas en invierno a causa de las bajas temperaturas. Los monzones en los estados de Arizona, Nuevo México, Nevada, Utah y Colorado empiezan en junio y pueden durar algunos meses. Las lluvias no son continuas pero las tormentas son violentas y estallan frecuentemente. En cuanto a las formalidades del viaje, hay que tener un pasaporte en perfecto estado ya que las autoridades estadounidenses lo estudiarán meticulosamente. España forma parte del "Programa de Exención de Visado", pero hay que asegurarse que su pasaporte responda a ciertos criterios. En la página web de la Embajada de los Estados Unidos en Madrid encontrarás toda la información necesaria. Si todo está en orden, solamente habrá que rellenar la autorización ESTA (Electronic System for Travel Authorization) en línea para poder entrar en Estados Unidos. No te olvides de llevar un adaptador.