Un dicho popular estonio dice que la mayoría de guerras podrían haber sido ser evitadas si la gente fuera a la sauna todos juntos. Esta frase refleja perfectamente el espíritu del pueblo estonio, liberado a golpe de cánticos del yugo soviético en 1988 en la llamada la "Revolución Cantada". Pero a pesar de su espíritu pacifista e independiente, esta nación comparte muchas otras facetas con sus vecinos de Letonia y Lituania, con quienes conforma la unión geopolítica conocida como los Países Bálticos.
Desde su entrada en la Unión Europea el 1 de marzo del 2004, Estonia no ha parado de demostrar que su pertenencia a Europa no es solo fachada. En el año 1991, el país comenzó una aproximación a otros países nórdicos colindantes como Suecia, Dinamarca y Finlandia, con quien comparte fuertes lazos étnicos y culturales, como es el caso de la lengua cooficial conocida como Finnic.
En los últimos años, la industria turística de Estonia ha experimentado un fuerte crecimiento. Y es que cada vez más son los viajeros que vienen a conocer las bondades de este pequeño país, salpicado de pequeños pueblos, granjas y molinos tradicionales que contrastan con la rica herencia cultural y los monumentos de las principales urbes estonias.
La artesanía local es muy rica en objetos de madera (juguetes, muñecas) o de cuero. También se pueden adquirir joyas hechas a mano. Muchos artesanos, como los sopladores de cristal, trabajan en los mismos tenderetes. Además, una gran cantidad de artistas aficionados venden sus pinturas, que representan las calles del casco antiguo. El horario de apertura de las tiendas en Tallín suele ser de 09:30 a 20:00 durante la semana y de 10:00 a 17:00 los sábados. Muchas abren también los domingos, sobre todo en el centro de la ciudad. Cabe destacar que muchos comerciantes sólo aceptan pagos en metálico.
La cocina tradicional estonia se ha visto influenciada por la alemana, finlandesa, rusa y sueca. Los platos más típicos del país están elaborados a base de carne empanada acompañada de una guarnición de patatas, col o zanahorias azucaradas. El pescado es el ingrediente principal de muchos de sus platos. Más allá de los arenques, los pescados más consumidos son el boquerón del Báltico y el salmón. La técnica más utilizada para elaborar estos pescados es el ahumado siendo la trucha una de las más destacadas especialidades locales.
El leib, un tipo de pan integral que es su alimento base, y el kringel, un pan azucarado con nueces y uvas, es utilizado frecuentemente como acompañante. Entre las rarezas de esta cocina aparece el sült, un tipo de carne helada que no debes dudar en probar.
El licor nacional es el Vana Tallinn, una especie de ron que se puede beber solo o combinado con otras bebidas. La cerveza más popular se llama saku y el vodka es la bebida alcohólica de gran graduación más consumida. La bebida tradicional estonia es el kama, elaborada a base de leche fermentada, azúcar en polvo y una mezcla de semillas tostadas y machacadas de centeno, cebada, y guisante.
A pesar de haber pasado mucho tiempo bajo la tutela de Dinamarca, Alemania, Suecia y Rusia, el pueblo estonio ha mantenido una fuerte identidad que siempre ha reivindicado. No obstante, la diversidad cultural aportada por las diferentes civilizaciones que ocuparon el país, han hecho de este un pueblo particularmente abierto a otras culturas.
En estonia, música, el canto y baile son las vías tradicionales por las que se trasmite la cultura báltica. Estas tres disciplinas ocupan un lugar privilegiado en la vida cultural estonia. El canto es muy importante para los estonios, siendo uno de los canales más importantes por los que se trasmite la identidad, las reivindicaciones y el amor a la libertad que profesa este pueblo. De hecho, el proceso de independencia iniciado contra los soviéticos que culminaría en 1988 fue conocido como la "revolución cantante".
Cada cinco años, el Festival del canto de Tallin y reúne a cerca de 30 000 cantantes y músicos que actúan delante de más de 200 000 espectadores. Si quieres profundizar y empaparte de la cultura tradicional del pueblo estonio, no puedes faltar a la cita.Déjate invadir por la apacible atmósfera que reina en este país. Los amantes de la arquitectura y de la historia medieval disfrutarán realmente en Tallín: algunos de los barrios de la ciudad parece que no han cambiado desde hace seis siglos. Una vez allí puedes solicitar el mapa de Tallín, presentado como la llave a la ciudad. Por un precio concertado es posible acceder a museos y galerías, dar una vuelta guiada por la ciudad y utilizar todos los transportes públicos durante 24, 48 ó 72 horas.
Normalmente, para la mayoría de operadores turísticos, Estonia va incluida en paquete en el que también se incluye la visita de los otros dos países bálticos. Este circuito te permitirá ver lo esencial de estos países en apenas una semana. Podrás realizar una estancia combinada por un par de capitales para descubrir toda la región.
Quienes prefieran concentrar toda su atención en Estonia podrán disfrutar realizar fácilmente un tour completo por todo el país debido a su pequeña superficie y a la escasa distancia existente entre los principales lugares de interés turístico. Los alojamientos son de buena calidad y te harán disfrutar al máximo de tus vacaciones.
El clima obliga a que la estación turística dure tan solo tres meses, concretamente de junio a septiembre. Si deseas ver las famosas noches blancas que se dan únicamente en los países de esta latitud, deberás viajar a finales de junio o principios de julio.
La meteorología y el clima son dos factores de suma importancia a la hora de escoger las fechas en las que visitar este país. Las temperaturas pueden llegar a superar los 20 grados bajo cero y la media es normalmente inferior a los 5 grados. Gracias a la influencia del mar Báltico, los inviernos, aunque fríos, son mucho más suaves de lo que la mayoría de viajeros piensa. La primavera es más agradable pero hay muchas precipitaciones y en ocasiones se llegan a producir fuertes inundaciones.
En verano, las temperaturas oscilan en torno a los 18 grados y las precipitaciones son menos abundantes. Esto unido a que los días pueden llegar a tener hasta 18 horas de sol hacen de esta época del año la mejor para visitar el país.