Aix-les-Bains

La ciudad Aix-les-Bains se encuentra a orillas del lago Bourget, el lago natural más grande de Francia y fue un lugar de veraneo ineludible para la alta sociedad europea del final del siglo 19. La ciudad se conoce por sus termas. Hoy en día, todavía hay tres establecimientos termales en Aix-les-Bains: los Termas nacionales, los Termas Marlioz y los Termas Chevalley, que abrieron en 2000.

Pero una estancia en Aix-les-Bains es mucho más que una simple sesión de cuidados. Como se sitúa entre lago y montañas, se pueden practicar actividades náuticas así como excursiones por la montaña y deportes de invierno. Además de poder disfrutar de la estación Mont Revard, una de las más antiguas de Francia, renombrada por su inmenso dominio de esquí de fondo, también podrá llegar hasta las grandes estaciones de Saboya en una hora de coche nada más. En verano, el masivo de las Bauges y los Prealpes permiten hacer excursiones, también es el caso de la Dent de Chat, extremidad Sur del masivo del Jura cuyo vertiente escarpado va a caer al lago. Un entorno ideal que permite que el visitante esté siempre ocupado durante su estancia, en invierno como en verano.

Se pueden hacer cuidados termales: puesta en forma o tratamiento contra los problemas de ORL que es una especialidad de los termas de Aix, pero también es importante hacer una parada en el Casino Grand Cercle. En pleno centro, este edificio del siglo 19 tiene un teatro de estilo italiano con 900 plazas y unos mosaicos preciosos en el techo. Es uno de los casinos más bonitos del País de Saboya y la mayor atracción de la ciudad.

Se pueden dar paseos en barco e ir al canal de Savières, al extremo norte del lago o ir hasta el Ródano, para los más aventureros. La travesía del espléndido pueblo de Chanaz merece la pena. Pero para hacer todo esto es necesario disponer de una tarde libre por lo menos, si no, tendrá que ir con prisas.

Es imposible ir a Aix-les-Bains sin pasar por la Esplanade du Lac. En este gran espacio se puede descansar un rato en la hierba, los niños pueden jugar y los mayores se podrán dar un paseo bajo la sombra de los árboles.

En lo que se refiere a la arquitectura, los monumentos más bonitos se construyeron en la Bella Época, como los antiguos palacios que dominan el lago, en la parte superior de la ciudad o en la colina de Tresserve. La marca de los romanos también se ve en el Arco de Campanus, en la plaza del ayuntamiento, y en el interior de los Termas nacionales donde aún quedan vestigios de la Antigüedad.

Si nos alejamos de la ciudad, en el masivo de las Bauges se pueden dar paseos por la montaña. Aunque se conocen menos que los paisajes de la Vanoise o del Vercors, los paisajes de las Bauges están llenos de pueblos tradicionales y de pequeñas granjas. También se ven muchos itinerarios de paseo accesibles para toda la familia.

En verano, el bañador se puede convertir en el mejor amigo del turista de Aix-les-Bains. Para disfrutar de los termas, claro, pero también para bañarse en el lago Bourget. La temperatura sube rápido en julio y agosto. Para refrescarse lo mejor es alquilar un barco eléctrico o una bici de agua para ir hacia la costa salvaje del lago. Las aguas profundas de estas zonas y las calas escondidas a los pies del Mont du Chat son lugares perfectos para relajarse.

No les dé de comer a los pájaros del lago. La dermatitis cercariana es una infección de la piel causada por micro-organismos lacustres. Estas larvas viven en el fondo del agua, y suben a la superficie en busca de un cuerpo al que se pueden pegar para alimentarse. Suele ser el de los patos. En el hombre, la contaminación no es peligrosa pero provoca un picor muy fuerte. Las orillas del lago Bouget se limpian muy a menudo para asegurar la seguridad de los bañistas, pero si les da de comer a los pájaros, eso acentúa el fenómeno.

Como cualquier ciudad de Saboya, Aix-les-Bains tiene una cocina riquísima. Salchichón y queso, estos dos alimentos son la base de la gastronomía local. Pero para no estar siempre comiendo raclette, tartiflette o fondue, pruebe unos diots (salchicha de cerdo muy típica) cocinados con vino blanco y acompañados de crozets (pastas cuadradas). Sin olvidarse de beber génépi para acompañar esta deliciosa comida.

Los golosos se podrán llevar en la maleta algunas especialidades Saboyanas. Salchichón normal, de beaufort o de jabalí para los carnívoros, tomo de las Bauges o moelleux du Revard (es imposible encontrar algo más local) para hablar de quesos. Los turistas a los que les guste más exponer los suvenirs de sus viajes optarán por un pequeño deshollinador de Saboya que queda perfecto al lado de la chimenea o encima de un mueble de madera.