Formada por cinco provincias o departamentos (Dordoña, Gironda, Landas, Lot y Garona y Pirineos Atlánticos), la antigua región de Aquitania, fusionada desde el 1 de enero de 2016 con las regiones limítrofes de Poitou-Charentes y Lemosín, conformando la actual región de Aquitania-Lemosín-Poitou-Charentes; ofrece a lo largo y ancho de su territorio una enorme variedad paisajística, cultural y gastronómica que cautiva a todos quienes la visitan.
Comenzando por el norte de la región, las provincias de Dordoña y Lot y Garona cuentan con un muy interesante patrimonio arqueológico que se remonta incluso a los tiempos de Prehistoria. Entre sus frondosos bosques y verdes valles regados por las aguas del río Garona, el paisaje de Dordoña está salpicado de montones de arroyos y pequeños saltos de agua que junto a los vestigios todavía conservados de sus primeros habitantes que se remontan a la Edad de Piedra, convierten sus dominios en una especie de museo al aire libre. Además de grutas, cavernas y sitios prehistóricos, estos departamentos cuentan con hermosas fortalezas, castillos y edificios religiosos que datan de las primeras páginas de la historia del país galo.
Además de los importantes yacimientos prehistóricos y de sus variadas construcciones medievales, estos dos departamentos en los que la naturaleza se haya omnipresente, están llenos de pequeños tesoros culinarios sumamente apreciados tanto dentro como fuera de las fronteras de Francia, como son el foie gras, los confites de pato, las trufas y, como no, sus reputados viñedos.
Más hacia el Este, el viajero encontrará el departamento de Gironda. Si las dos provincias anteriores son conocidas por las bondades culinarias que estas ofrecen, en el caso de Gironda, el verdadero protagonista son los grandes crudos bordeleses (Grands crus de Bordeaux), mundialmente conocidos por la calidad de sus viñedos y cuidado proceso de elaboración. Evidentemente la postal más típica de este territorio hace de los enormes cultivos de viñas uno de los elementos más característicos del paisaje de esta provincia, que en el caso de Arcachon o Burdeos, se complementa con sus enormes espacios costeros que se pierden en el horizonte. En lo que al patrimonio cultural se refiere, resulta imposible no realizar una mención a las pintorescas casas tradicionales cuya cuidada arquitectura atestigua la innegable delicadeza y saber hacer de los antiguos habitantes de la zona.
Descendiendo hacia el sur de la región de Aquitania y la cordillera de los Pirineos, nos encontramos con la preciosa provincia de las Landas. Aquí, los paisajes son dominados por largas playas de arena dorada a lo largo de las cuales el viajero encontrará pequeñas poblaciones costeras y una amplia cantidad de surfistas llegados de todas las partes del país e incluso del extranjero para disfrutar de las fuertes mareas de la zona (Biscarosse, Hossegor, Mimizan), así como uno de los bosques más grandes de todo el Viejo Continente, el de las Landas de Gascuña. La influencia vasca de este territorio es ciertamente notable en su historia y tradiciones, sintiéndose particularmente orgullos de la herencia de sus ancestros en eventos y ferias dedicadas a los productos típicos de la tierra y al pastoreo.
Todavía más al sur, en la cordillera de los Pirineos que ejerce de frontera natural con España, se encuentra el departamento o provincia de los Pirineos Atlánticos. Los habitantes de esta parte de Aquitania parecen estar hechos de la misma madera que la tierra que les vio nacer, sintiendo una verdadera pasión y respetos por las bondades naturales de su entorno que aúnan el fuerte temperamento del océano Atlántico, la rudeza de la montaña y la dulzura de sus frondosos bosques como el de Iraty.Si el País Vasco francés ha gozado históricamente de una fuerte influencia oceánica como demuestran las localidades de Biarritz, Anglet o Hendaya, en las que durante los siglos XVI y XVII hubo una fuerte actividad corsaria, el Bearne (le Béarn) y sus imponentes montañas tienen una tradición mucho más terrestre, siendo especialmente aconsejable la visita del Parque Nacional de los Pirineos.
En la región de Aquitania, el shopping mantiene una estrecha relación con la gastronomía. De hecho, una vez allí, sería una lástima no aprovechar para llenar el equipaje con algún que otro suvenir culinario ligado a los sabores de la tierra.
En el caso de los vinos y grandes crudos de Burdeos, además del peso de las garrafas y/o botellas, hay que tener en cuenta que, desgraciadamente, la diferencia de precio no será muy notable con respecto a la de las grandes superficies, especialmente en el caso de los caldos más reputados y buscados por los amantes de jugo fermentado de la vid que quisieran añadir a su vinoteca personal. No obstante, por una tarifa sorprendentemente asequible, es posible encontrar pequeñas joyas desconocidas que os sorprenderán por sus increíbles sabores y aromas.
Además, durante vuestra visita podréis aprovechar para haceros con otros productos tradicionales y característicos de la región de Aquitania, como por ejemplo, el delicioso caviar producido en la provincia de Gironda. Los productos elaborados a base de pimiento (especias, mermeladas e incluso chocolates) son una de las grandes especialidades de la localidad de Espelette. También en el País Vasco francés, los productos de tela como manteles y servilletas pueden ser un excelente recuerdo que llevaros a casa. Un poco más hacia el interior, el foie gras, el magret de pato y otros productos derivados de este animal y de la oca se imponen como los productos más típicos de la tierra, los cuales además son óptimos para ser transportados y conservados sin problema.
Si hablamos de gastronomía, la región de Aquitania destaca por la gran diversidad y riqueza de productos culinarios que harán las delicias de los amantes del buen yantar.
Entre los productos provenientes del mar más destacados de toda la región, las ostras de la bahía de Arcachon, el sábalo y el caviar de Gironda o de Dordoña, son los más destacados. En el apartado terrestre, la lista de especialidades es mucho más larga. Entre las más típicas y populares, el jamón de Bayona, la carne de buey de Chalosse, el cordero de Paulliac, los productos avícolas de Las Landas, especialmente aquellos que proceden del pato o de la oca (foie gras, confites, magret), los vinos de Burdeos, la trufa de Sorges en la zona del Périgord, y las ciruelas de Agen, son un auténtico regalo para nuestras papilas gustativas.
Cuando uno enumera los platos tradicionales que pueden degustarse en esta región, es imposible no sentir como la boca se hace agua: Lamprea a la bordelesa, cangrejos de río a la bordelesa, hígado de ternera a la bordelesa, piperade (plato típico del País Vasco francés), garbure, ensalada landesa, canelé, pollo a la cazuela, pollo a la vasca, a Irouléguy o morcilla bearnesa, son algunas de las especialidades culinarias más destacadas.
Si hablamos de la gastronomía de Aquitania, inevitablemente una de las primeras cosas que vienen a la cabeza es el vino, y más precisamente el de Burdeos. Aquitania es la primera región vitícola de Francia y el Burdeos es por supuesto el vino el más conocido en el mundo. Con unos cultivos de unas 120.000 hectáreas ubicadas en la provincia de Gironda, los caldos de esta región como el Saint-Emilion, el Margaux, el Saint-Estèphe o los vinos de Pauillac enamoran a cientos de apasionados de la bebida más antigua de la humanidad, que no dudan en realizar una pequeña visita por las viñas de las que se obtiene la excelente materia prima para su elaboración.
Pero sin duda, no hay nada mejor que descubrir este extraordinario patrimonio que visitando algunas de las cavas en las que se almacenan y cuidan algunos de los mejores vinos de la región, completando la experiencia con una deliciosa cata acompañada por un especialista, para apreciar como Dios manda el que probablemente sea el producto más destacado de esta tierra. De igual manera, si eres un auténtico apasionado de la enología, no dudes en seguir los itinerarios de la Ruta de los vinos de Burdeos.
No obstante, más allá de los todo conocidos vinos de Burdeos, la región e Aquitania cuenta con otros importantes productos vinícolas como el Madiran, un vino con mucho carácter producido en el área los Altos Pirineos, concretamente en las zonas de Béarn y Gers.
En la región de Aquitania, el turismo no entiende de temporadas. Gracias a las agradables temperaturas que imperan durante todo el año, las múltiples bondades de este territorio pueden ser disfrutadas tanto en verano como en invierno.
Sin duda, uno de los principales atractivos de la región durante la temporada invernal son sus estupendas pistas de esquí, perfectas para la práctica de cualquier deporte de nieve. A unas tres horas de las ciudades de Burdeos y Pau, la localidad de La Pierre Saint-Martin ofrecen entre 20 y 25 pistas de esquí "pirenaicas", así como interesantes recorridos para los amantes de las sensaciones realmente auténticas, ubicados a una altitud de 2450 metros. Por otro lado, las zonas de Iraty, Issarber y Somport, en el Parque Nacional de los Pirineos, son perfectas para la práctica de las raquetas de nieve, dar paseos en plena naturaleza o realizar recorridos en trineo tirado por perros.
Tanto en primavera como en otoño, los encantos naturales son los verdaderos protagonistas y atractivos turísticos de la región de Aquitania. Sin duda, una de las actividades más recomendables en esta época del año es pasear por los hermosos bosques de las Landas o los fértiles valles del País Vasco francés.
Como no podía ser de otra manera, en este territorio el otoño es sinónimo de vendimia, siendo el mejor momento del año para realizar una recorrido por la ruta de los viñedos. Los amantes de los caldos de calidad podrán descubrir la cultura del vino que caracteriza la región de Aquitania siguiendo cualquiera de las tres grandes rutas enológicas famosas en toda Francia. En Dordoña, Bergerac es el punto de partida de cuatro interesantes itinerarios; mientras que en la zona de Béarn, la ruta de los vinos de Jurançon se extiende a lo largo de decenas y decenas de kilómetros. Si hay que elegir uno, os recomendamos decantaros por aquel que parte de Burdeos, pasando por las poblaciones de Margaux, Saint-Estèphe y Pauillac. Sin duda, el más prestigioso de toda la región.
Si visitáis la región de Aquitania en temporada baja, podréis disfrutar de los cuidados y tratamientos del famoso balneario de Dax, la mayor estación termal de toda Francia, así como aprovechar para descubrir los más interesantes rincones de la ciudad imperial de Biarritz.
Durante los meses de verano, las playas del litoral aquitano se ven invadidas por hordas de turistas llegados de todos los rincones del país galo, siendo las playas de Arcachon, localidad costera de San Juan de Luz, la antigua ciudad corsaria, en Biarritz, y los arenales de la provincia de las Landas, los spots más populares. Las fiestas de Bayona (que cada año tienen lugar el primer miércoles de agosto, extendiendo los festejos durante los cinco días siguientes), y la Feria de Dax (que comienza la segunda semana de agosto), son dos de los acontecimientos folclóricos más destacables del periodo estival que cada año atraen a decenas de cientos de curiosos.
No obstante, si prefieres disfrutar de unas vacaciones más tranquilas lejos de las grandes aglomeraciones turísticas, te recomendamos apostar por las provincias de Dordoña y Lot y Garona.